Primeras medallas deportivas internacionales de atletismo se exhiben en el Museo Olímpico
Por Marvin Fonseca Barahona
Curador, Museo Olímpico de Puerto Rico
El Museo Olímpico de Puerto Rico se viste de gala al contar, por primera vez en exhibición, de las primeras dos medallas ganadas en la disciplina de atletismo por los puertorriqueños en el año 1930 en los Juegos Centroamericanos en La Habana, Cuba.
Los primeros medallistas puertorriqueños e internacionales fueron los integrantes del equipo de fusil militar, Víctor Rodríguez, Pedro Maldonado, Bautista Bonini, José Aponte y Santos Andino al conquistar plata el 27 de marzo de ese año al acumular una puntuación de 1,263 puntos. La presea de oro fue para el equipo de Cuba con 1,354 puntos y la de bronce para El Salvador con 941.
Manuel Luciano se convirtió en el segundo medallista puertorriqueño en esos Juegos y el primero en la disciplina de atletismo, el 2 de abril en el estadio Tropical al quedar segundo en el salto con pértiga con una altura de 3.64 metros, empatado con el cubano Humberto Villa, quien lo hizo en menos intentos y ganó la medalla de oro. La medalla de bronce fue para José Sanjurjo de Cuba con 3.48.
El 3 de abril, Eugenio Guerra, conquistaba la tercera medalla de plata para el país al finalizar segundo en los 200 metros lisos, superado por el panameño Reginald Bedford, siendo la presea de bronce para Mario Gómez de México.
Manuel Luciano Rodríguez, nieto del fenecido atleta, prestó la medalla de plata el pasado viernes 21 de julio de 2023 al Museo Olímpico para el disfrute del público visitante. La medalla de Guerra Cruz, ha estado en exhibición desde el 2008.
“Estamos muy honrados por la contribución del Sr. Luciano. Su contribución nos ayuda a seguir enalteciendo la historia deportiva puertorriqueña de una manera extraordinaria. Al contar con estas dos medallas de atletismo en los Juegos Centroamericanos de 1930 en La Habana, Cuba, hemos podido enriquecer nuestra exhibición y compartir con orgullo un capítulo significativo de nuestra identidad olímpica. Su compromiso con nuestra misión nos inspira a seguir adelante y continuar con nuestra labor de promover los valores del olimpismo y fomentar el amor por el deporte en nuestra comunidad.” – expresó el director ejecutivo del Albergue Olímpico, el Ing. Jorge Rendón
Para los III Juegos de 1935 en San Salvador, Luciano fue el abanderado de la delegación compuesta por 31 atletas. El 16 de marzo de 1935 Manuel Luciano desfiló con la bandera monoestrellada, que en esos años era prohibida, y se tenía que desfilar con la bandera de Estados Unidos, como hizo Juan Juarbe Juarbe en el 1930 en Cuba.
“A través del tiempo, he procurado honrar el legado de mi abuelo, preservando la historia que la medalla hace tangible. Dejarla en el Museo (Olímpico de Puerto Rico) implicó muchos sentimientos encontrados, sabiendo que ha sido mi responsabilidad lo que sea de ella. Sentí en mi corazón que parte de mi propósito ha implicado ser un medio para que Manuel Luciano siga siendo conocido por las nuevas generaciones como un símbolo de esperanza y valentía que lo caracterizaron al abrir paso a una trayectoria de victorias en el olimpismo puertorriqueño. Asumo esa encomienda con mucho orgullo por el legado de mi familia, así como también por amor a mi madre patria”, palabras textuales de Manuel Luciano Rodríguez al prestar la medalla de su abuelo al Museo y al pueblo de Puerto Rico.