Por: Luz Enid Díaz Torres
La pasada noche del sábado 14 de junio en la Sala Sinfónica Pablo Casals del Centro de Bellas Artes fue más que un concierto: fue una celebración entrañable de legado, pasión y familia. El cantante Gerardo Rivas, conocido por su potente voz y carisma escénico, hizo historia al presentar por primera vez su espectáculo “Y que lo digan los Rivas”, un homenaje a sus raíces y al poder transformador de la música a través de generaciones.
Desde el inicio, el público fue transportado en un viaje emocional gracias a un conmovedor video que narró la trayectoria de Gerardo: desde su niñez como “Gerardito y los Rockolos”, su evolución como percusionista con Víctor Manuelle, su éxito junto a Norberto Vélez en NG2, hasta su consolidación como solista en 2020.
La apertura oficial vino con fuerza y sabor con “Aquí estoy”, dirigida por Juan Picorelli, marcando el tono para una noche llena de energía. Éxitos como “A derretir el hielo”, “Quitémonos la ropa”, “Ella es loca con mi salsa” y “Bésame” encendieron los ánimos del público, que no paró de aplaudir y cantar.
Pero lo que realmente hizo de este concierto algo único fue la presencia de tres generaciones de la familia Rivas sobre el escenario. El legendario Jerry Rivas, padre de Gerardo y voz icónica de El Gran Combo de Puerto Rico, aportó nostalgia y sabiduría; Jerry Louis Rivas, hermano de Gerardo y trombonista principal de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, deslumbró con su virtuosismo; y el más joven, Gerardo Gabriel Rivas, de tan solo 12 años, se robó el corazón de todos con su destreza en la percusión como parte del “Dance Band” de la Escuela Libre de Música.
Momentos especiales llenaron la velada. Gerardo compartió anécdotas familiares cargadas de ternura y humor. Presentó al arreglista Frankie Suárez y al guitarrista Jorge Laboy, para luego interpretar con el gran Glenn Monroig los temas “Por siempre” y “Una vez más”, creando una atmósfera íntima y poderosa.
El ritmo subió con la interpretación de “Cosita Rica”, donde su hermano Jerry se lució al trombón, y el escenario brilló aún más con la participación del cantautor Juan José Hernández, quien puso a todos a moverse con su éxito “Ella Menea”.
Uno de los momentos más emotivos fue la interpretación de “Qué suerte he tenido de nacer”, donde Gerardo confesó entre lágrimas sentirse afortunado de vivir su sueño, agradeciendo al público su apoyo incondicional. El cierre fue puro corazón: junto a su hijo, interpretaron “Padre e hijo”, un tema compuesto por Juan José Hernández, seguido de una vibrante ejecución en timbales al ritmo de “Happy”, sellando así un encuentro musical que será difícil de olvidar.
La orquesta, compuesta por músicos de primera, estuvo dirigida magistralmente por Juan Picorelli, incluyó a figuras como Emmanuel Navarro (conga), Raúl Rosario (timbal), Jorge Mercado (bongó), Juan Rivera (piano), Odanis Velázquez (bajo), y un equipo vocal impecable con Urayoan, Lizardi, Esther Picorelli y Adair Morales.
Producido por LQ Production, con relaciones públicas a cargo de Lorena Galindez de One On One PR.
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