
Por: Natacha Lebrón
Después de más de un año y medio de ausencia como solista en su tierra, Elvis Crespo regresó al Coliseo de Puerto Rico con una propuesta que superó las expectativas. Bajo el título “El Dueño de La Puntería”, el artista no solo ofreció un concierto, sino una experiencia multisensorial donde la música, el teatro y la tecnología se unieron para narrar un viaje simbólico a través de la selva tropical… y del corazón boricua.

Comenzando a las 9:32 p.m., se apagaron las luces y comenzó un cortometraje en el que un niño encontraba un cofre con una flecha mágica. El simbolismo fue evidente: la puntería no es solo del arco, sino del corazón. Fue entonces cuando la voz de Crespo llenó el espacio con “Píntame”, desatando la euforia de un coliseo completamente de pie.
La puesta en escena fue digna de un artista internacional: pantallas LED gigantes, efectos visuales hipnotizan tes, una banda vestida de guerreros, y una pirotecnia perfectamente sincronizada con el ritmo de cada canción. No faltaron guiños visuales a ícono como Elvis Presley, proyectando imágenes de Crespo en estilo vintage para quienes estaban más lejos del escenario, con la canción “Princesita”,
Su primer invitado Joseph Fonseca interpretando “Para darte mi vida”, sigue Elvis con “Me arrepiento”, “Tatuaje” , “Enamorando de ti”, “Ven”, “Por el caminito”, “Tu sonrisa”, “La noche”, “Nuestra canción” y “No se que paso”,


Entra su invitado Manny Manuel interpretando con Elvis, “Mi fracaso”, y “Si una vez”. Elvis interpreta “Que fuerte”, y entra Oscarito con “El nuevo” y ,los acompaña Farina en la interpretación “Borrón y cuenta nueva” y luego Elvis con “El periódico de ayer”. Elvis con un el cantante Tonny Tun Tun interpretando “Se feliz” y “Cuando acaba el placer”, entra de invitada es Ivy Queen en “La razón “, con El Blachy “Me matqaron” y “Hola perdida”. Su siguiente invitado Arcangel , “Cora roto”, y Fariana “Poeta curao”.
Continua Elvis con “Luna llena”, :Abracadabra”, “La cerveza”, “Besos de coral”, “La nevera”, “Hora enamorada”, “Pegaito suavecto”, “Azquita”, “Bailar” y “Suavemente”.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando Crespo hizo una pausa para abrir su corazón: “Estoy pasando por un proceso de sanación… pero estoy aquí, con ustedes. Gracias por no soltarme.” Fue un instante de conexión real y humana, que recordó al público que detrás del ícono hay un ser en proceso de reconstrucción.

“El Dueño de La Puntería” no fue solo un show: fue una celebración de la cultura caribeña, del poder transformador de la música y de la capacidad de un artista para reinventarse sin perder su esencia.
Con esta presentación, Elvis Crespo reafirmó que no solo tiene puntería para los éxitos, sino también para emocionar, conectar y quedarse en la historia.