Las Batallas se ganan de rodillas,

ARNULFO GONZÁLEZ

Las Batallas se ganan de rodillas,
no con gritos,
no con prisa.
En lo secreto,
Él me escucha,
en lo profundo,
sana heridas.

Pero no es solo mi voz al cielo,
es mi mano unida a la tuya;
cuando oramos,
cuando clamamos,
su presencia junta nuestras vidas.

Donde dos o tres se levantan,
Jesús mismo está envuelto.
No es “ora por mí”,
es “oremos juntos”,
porque juntos cargamos el cielo.

Así que ven, hermano mío,
doblemos rodillas al suelo;
las batallas no se ganan solos,
se vencen…
de rodillas, juntos
Con las manos al cielo