La Química Detrás del Catalítico: ¿Por Qué Esta Pieza Es Tan Codiciada?

Licenciada María Santiago

Por Lcda. Maria M. Santiago Reyes

En los últimos años, el convertidor catalítico —o simplemente “catalítico”— ha pasado de ser un componente más del automóvil a uno de los más buscados, tanto por su valor en el mercado como por el aumento en su robo. Pero ¿qué hace a esta pieza tan especial? La respuesta está en la química.

Es un pequeño laboratorio debajo del auto

El catalítico es un dispositivo instalado en el sistema de escape cuyo propósito es reducir la contaminación generada por los motores de combustión. Para lograrlo, utiliza elementos químicos altamente valiosos conocidos como metales del grupo del platino: platino (Pt), paladio (Pd) y rodio (Rh).

Estas sustancias actúan como catalizadores, es decir, facilitan reacciones químicas sin consumirse en el proceso. Gracias a ellos, los gases tóxicos que salen del motor —como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno e hidrocarburos— se transforman en dióxido de carbono, nitrógeno y vapor de agua, reduciendo drásticamente la emisión de contaminantes.

La química en acción

Dentro del catalítico ocurren tres reacciones químicas principales:

  1. Oxidación del monóxido de carbono (CO):
    El platino y el paladio ayudan a convertirlo en dióxido de carbono (CO₂).
  2. Oxidación de hidrocarburos no quemados:
    Estos se descomponen en CO₂ y agua (H₂O).
  3. Reducción de los óxidos de nitrógeno (NOx):
    El rodio rompe estas moléculas y libera nitrógeno (N₂), un gas inofensivo que ya forma la mayor parte del aire al igual que Oxigeno (O₂),

Este conjunto de reacciones es esencial para cumplir con estándares ambientales y para reducir el impacto de los automóviles en la calidad del aire.

¿Por qué está tan solicitado?

La razón principal es económica. El platino, el paladio y el rodio son metales extremadamente caros, utilizados también en joyería, electrónica y procesos industriales. En especial, el rodio es uno de los metales más costosos del mundo debido a su escasez.

Un solo catalítico puede contener entre uno y varios gramos combinados de estos metales, suficientes para que su reventa ilegal sea lucrativa. Esto ha generado un aumento significativo en el robo de catalíticos, incluso en Puerto Rico.

Una pieza pequeña, un impacto enorme

Aunque es un componente discreto, la contribución del catalítico a la reducción de emisiones es crítica. Su química interna convierte a cada vehículo en un pequeño sistema de control ambiental. La combinación de sofisticación química, metales preciosos y demanda industrial explica por qué esta pieza es tan valiosa y tan vulnerable.


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