“Un consejo de buena fe:
No quise expresarme antes sobre este tema, pues respeto absolutamente los procesos judiciales, el trabajo de los fiscales y de los abogados de defensa. Habiendo culminado ese proceso, y habiéndonos la historia dado la razón nuevamente, es importante que el país sepa lo siguiente:
El helicóptero ambulancia cuya compra ordené, se podía utilizar desde el mismo día que se anunció. Como se utilizaría bajo el concepto de “aeronave pública” (“public aircraft”), podía utilizarse y personalmente corroboré ese dato en la FAA en Washington.
De acuerdo a como lo expliqué en la conferencia de prensa anunciándolo, el Estado debía solicitar posteriormente una certificación particular de la FAA (la 135), para poder cobrar a los planes médicos por los vuelos que el helicóptero diera sirviendo a los beneficiarios de los planes. Ese proceso dura entre 6 a 18 meses, pero en ese plazo, el helicóptero estaría operando, por menos costo de lo que cobra la empresa privada contratada. La nueva administración decidió no solicitarla. Aún así, podían usarlo como “public aircraft”. Es una de esas ocasiones donde sale más económico que el servicio sea público.
El costo del helicóptero se recobraba en sólo dos años y medio, pues la empresa privada que hace el servicio, le cobra al gobierno más de tres (3) millones al año. Ese costo es fijo, aunque no se utilicen los servicios de esa compañía. Es decir, aunque no vuelen, cobran. Precisamente por su altísimo costo y por que la compañía privada contratada amenazó y luego efectivamente suspendió el servicio al serle impugnada unas facturas, es que decidí no depender de la empresa privada para ese servicio esencial. Además, al suspender el servicio por solicitarles que justificaran unas facturas, ponían en peligro las asignaciones de fondos federales de salud a Puerto Rico, que exigen como condición, la disponibilidad de ese servicio de ambulancia aérea.
Al llegar la nueva administración en el 2017 decidieron no utilizar el helicóptero y continuar pagando a la empresa privada. El helicóptero no fue asignado a otras funciones, se llevó a un hangar en Ponce, y allí está, listo para ser puesto al servicio del pueblo.
Este es uno de esos temas donde la politiquería nubló muchos pensamientos y el afectado fue el que paga por el servicio que podría ser gratuito: el pueblo de Puerto Rico.
Cuando llegué a Fortaleza, FURA tenía un sólo helicóptero y 35 pilotos. Cuando me fui, tenía 9 helicóptero, 2 aviones y estaba lista para operar el helicóptero ambulancia para el Departamento de Salud. Las estadísticas del trabajo de FURA mejoraron dramáticamente.
Un consejo de buena fe: pongan a funcionar ese helicóptero al servicio del país“.