Expresiones de María de Lourdes Santiago, ante la consideración del reglamento para la disposición de cenizas de la carbonera AES.
Hace cuatro años, días después de unas elecciones muy difíciles, estuve en Peñuelas, con las comunidades de Tallaboa, Seboruco, gente de distintos puntos del país, enfrentando los camiones cargados de cenizas. Hoy, tras una gran victoria electoral, los acompañé en la vista pública para la aprobación del Reglamento para viabilizar la ley que prohíbe el depósito de cenizas en suelo puertorriqueño. Celebramos el triunfo de la constancia e insistimos en el camino que nos falta recorrer.
La consideración del reglamento es una gran victoria, pero como expuso con gran claridad y detalle nuestro secretario de asuntos ambientales, Víctor Alvarado, es un documento que requiere enmiendas fundamentales. Se deben aplicar los estándares científicos más estrictos para medir la toxicidad de las cenizas; tiene que eliminarse el mecanismo de dispensas que permitiría que AES ignore a su conveniencia varias disposiciones; deben ser compulsorias y no opcionales las vistas públicas para enmiendas posteriores y debe obligarse a la carbonera a la notificación a las comunidades de cualquier hallazgo ambiental que les perjudique. De no aprobarse el reglamento en los términos que justamente exige la comunidad, hago el compromiso de someter esas disposiciones como enmiendas a la ley que prohíbe que AES se siga envenenando nuestro suelo.
Además, debe identificarse y hacerse público todos los lugares en los que ARS dispuso de sus cenizas tóxicas utilizándolas como relleno de construcción en nuestras comunidades; realizar estudios sobre los daños causados por esa práctica, y compensar a los afectados.
Reiteramos también que es insostenible continuar con la generación de energía al altísimo precio ambiental que nos cobra la operación de la carbonera. La meta debe ser el cierre de AES y la transición a fuentes de energía renovables.