Dislexia: cٖómo se manifiesta en diferentes edades

Por Lic. Nellie Torres de Carella, patóloga del habla y lenguaje

Directora, Instituto Fonemi de Puerto Rico y la Academia Fonemi

San Juan, Puerto Rico – Octubre es el mes de concienciación sobre el diagnóstico de dislexia o la dificultad para aprender a leer. La prevalencia de este diagnóstico es alta, la vive entre un 5 y 17% de la población mundial, y es más común en niños que en niñas. Este problema se manifiesta desde los primeros grados y puede ser evidente aún en la adultez, afectando la ejecución escolar y limitando las posibilidades de empleo. La dislexia no es causada por déficit intelectual, físico o sociocultural.

¿Qué causa la dislexia?

Investigadores han encontrado varios genes vinculados a dificultades con la lectura, además de diferencias en el cerebro entre las personas que tienen dislexia al compararlo con personas que dominan la lectura. Estos hallazgos explican por qué la dislexia puede ser común en familias. Se ha encontrado que el 49 por ciento de los padres de niños con dislexia presentan el mismo diagnóstico y el 40 por ciento de los hermanos también. Estos datos son importantes porque si un padre tiene dislexia, puede observar a sus hijos desde edad preescolar y procurar ayuda si comienzan a mostrar indicadores de este diagnóstico. 

¿Cómo se manifiesta la dislexia en diferentes edades?

  1. Nivel preescolar. Hay unos indicadores de dislexia que se hacen evidentes a nivel preescolar, por lo cual, si se detectan, se puede comenzar a intervenir con los mismos para evitar un fracaso a nivel escolar.

Indicadores:

• Rezago en el desarrollo del lenguaje. Hablan como un niño más pequeño.

• Dificultad con conceptos espaciales (adentro, al lado), temporales (antes, después, los días de la semana) con el aprendizaje de los números y las vocales.

• Dificultad con las rimas y con conciencia fonológica, como determinar con qué sonido empieza una palabra.

• Dificultad con la comprensión de instrucciones.

• Dificultad con la memoria y con recuperar, o nombrar con rapidez, palabras o letras.

Nivel escolar. A nivel escolar los indicadores se hacen más evidentes y claros una vez están en Kínder. Los estándares educativos establecen que al finalizar ese año escolar los niños deben estar leyendo, algo muy poco probable en un niño con dislexia. Según avancen los grados, el problema de dislexia se hará más evidente. Esto causará que su autoestima se vea lacerada. Estas dificultades los coloca en riesgo de ser desertores escolares.

Indicadores:

• Dificultad con unir sonidos (síntesis fonológica) para formar sílabas y palabras o para detectar y separar los sonidos dentro de las mismas (segmentación fonológica).

• Dificultad para memorizar y reconocer el abecedario.

• Saltan líneas y no se percatan del error.

• Dificultad para hacer la asociación entre la letra con su sonido.

• Confusión con letras que tienen cierta similitud, como “a” y “o” escritas a mano, la “a” y “e” en forma impresa, entre otras.

• Omisión de letras y palabras.

• Inversión de letras y números.

• Sustitución de palabras.

• Lectura mecánica, lenta, sin inflexiones, sin signos de puntuación.

• Dificultad para comprender lo que leen.

• Problemas para determinar la izquierda de la derecha.

• No les gusta leer.

  1. Nivel de Adulto. Si un adulto no fue ayudado a desarrollar la lectura podría presentar las mismas dificultades que presentaba a nivel escolar y no ser lector. Sin embargo, algunos tendrán cierta mejoría con tutorías. Pero aún con las tutorías, los indicadores de dislexia serán visibles si estos adultos no reciben ayuda con terapias especializadas para este diagnóstico.

  Indicadores:

• Lentitud al leer.

• Si aumentan la rapidez lectora cometen errores por confusión de letras con rasgos visuales similares.

• Deben leer varias veces el escrito para comprender el mensaje.

• Dificultad con análisis de lo que leen.

• No les gusta leer.

• Evitan actividades en las que tengan que leer en voz alta.

• No pueden obtener un grado universitario, aunque intelectualmente tengan la aptitud. 

¿Hay esperanza para los individuos con dislexia?

Definitivamente. Se han desarrollado programas terapéuticos-educativos multisensoriales muy exitosos para ayudar a estos individuos a mejorar la destreza de lectura. Aunque el problema para aprender a leer se origina en el cerebro, estudios demuestran que el cerebro puede cambiar por la neuroplasticidad.

La neuroplasticidad es el potencial que tiene el cerebro de modificarse al formar conexiones nerviosas como respuesta a información nueva y a estimulación sensorial. Los investigadores han examinado las imágenes realizadas antes y después de que las personas con dislexia hayan recibido una terapia de lectura adecuada. Las mismas muestran un patrón diferente de 

actividad cerebral a la usual en un disléxico. No desarrollar la lectura trae consecuencias y dificultades emocionales por no dominar la destreza más importante para el aprendizaje y el éxito escolar. Lo ideal es comenzar a edad temprana, pero también hay esperanza para el adolescente o adulto joven con dislexia. Nunca es tarde para lograr conquistar o mejorar la destreza de lectura si se les brindan las ayudas terapéuticas adecuadas.

  • La autora es patóloga del habla y lenguaje y directora del Instituto Fonemi de Puerto Rico y la Academia Fonemi. El Instituto Fonemi de Puerto Rico es una institución terapéutico-educativa que utiliza los programas, modalidades y técnicas de terapia más efectivas, como la terapia sensorial auditiva Tomatis, el programa Lindamood Bell, la terapia oral-motor, la terapia para apraxia del habla infantil y la de narrativa, para ayudar a niños y jóvenes con diversos desórdenes de desarrollo o diagnósticos a superar muchas de sus dificultades. Ha desarrollado un programa integrado e intensivo para niños con autismo, problemas de lectura y escritura, apraxia del habla infantil y para prescolares con implante coclear. Para información, llama al 787-774-1163 / 1164, accede a nuestra página de internet www.fonemipr.com, o escribe al correo electrónico info@fonemipr.com.