(San Juan, PR.) – La Asociación Puertorriqueña de Psiquiatras de Niños y Adolescentes (APPNA) se une a la declaración de emergencia de salud mental decretada por la Academia Americana de Pediatría ante el aumento significativo de casos de niños y adolescentes que requieren atención de psiquiatras y la escasez de especialistas.
La Dra. Karen Martínez, presidenta de la APPNA, es testigo de cómo esta emergencia nacional, declarada por la Academia Americana de Pediatría, ha tocado a la isla por “la demanda exponencial en los servicios de salud mental pediátricos”. El incremento en casos pediátricos y de adolescentes está vinculado a la pandemia del COVID-19.
La psiquiatra lamentó que “al momento no exista una estrategia clara de cómo se va a atender esta emergencia nacional en Puerto Rico. En la Asociación Puertorriqueña de Psiquiatras de Niños y Adolescentes estamos claros que no hay suficientes psiquiatras en la isla para atender esta necesidad”.
La Dra. Martínez hizo un llamado a las autoridades gubernamentales a realizar un esfuerzo concertado y multisectorial para atender esta emergencia.
A la pandemia del COVID-19, el trastoque social y de salud que produjo hay que sumarle la devastación provocada por el huracán María. Un grupo de investigadores de Puerto Rico publicaron un estudio el cual reveló un aumento en síntomas de estrés postraumático y síntomas depresivos en la población pediátrica. De igual modo, los sismos en el sur de la isla también han dejado huellas en la salud mental de los más vulnerables.
En Estados Unidos las tasas de problemas de salud mental infantil y suicidio aumentaron constantemente entre 2010 y 2020 y para 2018, siendo el suicidio la segunda causa principal de muerte entre los jóvenes de 10 a 24 años.
Ante este cuadro, la Asociación Puertorriqueña de Psiquiatras de Niños y Adolescentes (APPNA) se unió a la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP), la Academia Estadounidense de Psiquiatras de Niños y Adolescentes (AACAP) y la Asociación de Hospitales Infantiles (CHA) en la declaración de un Estado Nacional de Emergencia en Salud Mental Pediátrica. Los desafíos que enfrentan los niños, niñas y adolescentes están causando disfunción en la vida de nuestra población pediátrica por lo que hacemos un llamado a los legisladores en todos los niveles de gobierno y defensores de los niños y adolescentes para que se unan a nosotros en esta declaración y aboguen por lo siguiente:
• Aumentar los fondos estatales y federales dedicados a garantizar que todas las familias y los niños, desde la infancia hasta la adolescencia, puedan acceder a exámenes, diagnósticos y tratamientos de salud mental, basados en la evidencia, para abordar adecuadamente sus necesidades de salud mental, con especial énfasis en satisfacer las necesidades de las poblaciones de escasos recursos.
• Abordar los desafíos regulatorios y mejorar el acceso a la tecnología para asegurar la disponibilidad continua de telemedicina para brindar atención de salud mental a todas las poblaciones. Esto incluye, en Puerto Rico, mejorar los sistemas para poder brindar recetas de medicamentos de manera electrónica.
• Aumentar la implementación y la financiación sostenible de modelos eficaces de atención de la salud mental en las escuelas, incluidas las estrategias clínicas y los modelos de pago.
• Acelerar la adopción de modelos efectivos y financieramente sostenibles de atención integral de salud mental en pediatría de atención primaria, incluidas estrategias clínicas y modelos de pago.
• Fortalecer los esfuerzos emergentes para reducir el riesgo de suicidio en niños y adolescentes a través de programas de prevención en escuelas, atención primaria y entornos comunitarios.
• Abordar los desafíos constantes de las necesidades de atención aguda de niños y adolescentes, incluida la escasez de camas y el alojamiento en salas de emergencia, ampliando el acceso a programas de reducción de la dependencia de pacientes hospitalizados, unidades de estabilización de corta estancia y equipos de respuesta basados en la comunidad.
• Financiar por completo sistemas de atención integrales basados en la comunidad que conectan a las familias que necesitan servicios y apoyos de salud conductual para sus hijos con intervenciones basadas en evidencia en su hogar, comunidad o escuela.
• Promover y pagar los servicios de atención basados en trauma que apoyan la salud relacional y la resiliencia familiar.
• Acelerar las estrategias para abordar los desafíos de aumentar la fuerza laboral en salud mental infantil, incluidos programas de capacitación innovadores, reembolso de préstamos y esfuerzos intensificados para reclutar poblaciones subrepresentadas en profesiones de salud mental, así como atención al impacto que la crisis de salud pública ha tenido en el bienestar de los profesionales de la salud.
• Promover políticas que garanticen el cumplimiento y la aplicación de las leyes de paridad de salud mental.