La decisión del Gobierno Central de cerrar en Humacao las oficinas regionales de las distintas agencias no puede categorizarse de otra manera que no sea, simple y llanamente, como politiquería. Nadie puede tragarse la falsa excusa de las economías necesarias. Sobre todo, viniendo de unos funcionarios que se han distinguido por la adjudicación de contratos millonarios para privilegiar a sus allegados.
No es secreto para nadie la obsesiva agenda trazada por el partido en el poder para hacerse de la administración y el control la ciudad de Humacao. Su apasionamiento con la idea del poder es tan grande que no son capaces de medir las consecuencias de sus actos, si para pretender lograr su objetivo tienen que privar a la población humacaeña y a los ciudadanos de los pueblos cercanos del acceso a los servicios esenciales.
Así, sin ningún tipo de consideración ni de medición de sus efectos, han cerrado las oficinas del Sistema de Retiro, el Fondo del Seguro del Estado, el Departamento del Trabajo, el Departamento de Asuntos del Consumidor, Salud Ambiental y ahora también pretenden cerrar la Oficina de Manejo de Emergencias.
El cierre de cada una de estas dependencias ha dado lugar a mayores gastos para los empleados y usuarios de los servicios. Para muchos, que no cuentan con transportación propia, ha tenido el efecto de no poder continuar recibiendo los servicios y para otros, el tener que renunciar a sus empleos porque las mudanzas de estas oficinas harían necesaria su relocalización.
Hay toda una campaña orquestada para señalar al Gobierno Municipal como el responsable de esta alocada privación de servicios a los habitantes de nuestro pueblo y nuestra región. El alcalde y el administrador de la ciudad son los culpables de que el gobierno del penepé esté cerrando las agencias en Humacao. Con este argumento y con mensajes parecidos llenan las páginas y los espacios en los medios sociales pretendiendo hacernos responsables de sus fechorías.
Por nuestra parte hemos hecho todo cuanto ha estado a nuestro alcance para frenar la absurda actuación de los politiqueros locales, quienes en complicidad con los líderes nacionales del partido opositor, se han empeñado en complicarle la vida a la gente humilde de nuestro pueblo que sufre las consecuencias de su deliberada acción saboteadora.
Van mucho más lejos estos enemigos del pueblo. Además de su sistemática campaña para negarle el acceso a los servicios esenciales que demandan y merecen nuestros constituyentes se dedican a tratar de hacerle creer a la gente que solo ellos tienen la capacidad, “cuando lleguemos al poder”, de traer de vuelta a Humacao las oficinas cuyo cierre han promovido.
Denunciamos enérgicamente está equivocada política de provocar el sufrimiento, la angustia y la necesidad de nuestra gente para luego presentarse como los potenciales redentores. Se equivocan quienes creen que pueden tomarle el pelo a nuestra gente. Ya no les basta con apropiarse del trabajo y las obras que hemos realizado. Ahora juegan a la politiquería sin límite para tratar de ganar en el escenario social lo que no han logrado en el estrecho marco del interior de su partido a nivel local.
Humacao y nuestros pueblos circundantes no se merecen esta falta de consideración y respeto. Pueden tenerlo por seguro los que hoy, sin consideración de clase alguna, limitan los servicios esenciales de nuestra gente. Pagarán en las urnas su desconsiderada e insensible actuación.
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