En las sombras del bien: Asdrúbal Romero responde acerca de su novela
Conversamos con el escritor Asdrúbal Romero con motivo de su firma en la Feria Internacional del Libro de Madrid. El autor, ex rector de la Universidad de Carabobo en Venezuela, e individuo de número de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, responde gentilmente desde la caseta de la Librería del Centro, en donde recibió a sus lectores y rubricó ejemplares de su novela En las sombras del bien.
¿El bien tiene sombras? ¿Por qué el título de la novela?
El título original era “En el nombre del bien” pero después de elegir esa portada (que es una representación criolla del Purgatorio) David Malavé, el editor, el diseñador y María Antonieta Flores me propusieron cambiarlo. Todos estamos en este purgatorio (los que están en Venezuela sufriendo, los que no pueden comer, los que tienen una enfermedad común y no se pueden sanar porque no tienen acceso, los jóvenes que no se pueden educar, los que hemos emigrado y hemos tenido que reinventarnos… Todos hemos sufrido ese gran dolor que se nos ha propiciado y que ha sido hecho en el nombre del bien. Así que nosotros vivimos en la sombra de ese supuesto bien. Todo ocurre a esa Venezuela d el año 2014, por lo que es una novela muy venezolana, aunque su discurso es universal.
¿Cómo surge la idea de escribir esta novela? ¿Es autobiográfica?
La novela gira en torno a tres personajes. Ocurre en el lapso de un viaje de Eduardo a Madrid. Y un poco lo que Eduardo piensa, lo que es la relación de Eduardo con Venezuela, la búsqueda en la que él anda, todo lo que él siente en este viaje, es muy parecido a Asdrúbal. En ese sentido se puede decir que es autobiográfica. Eduardo y Asdrúbal son prácticamente el mismo personaje, pero solo en el trayecto del un viaje. De resto, no coinciden para nada, ni en el tramo del pasado de Eduardo, ni en el futuro de Eduardo, ni en la relación que ha tenido Eduardo.
¿Había algún mensaje, algún problema, que quisieras poner en luz con tu novela?
Aurora y Sergio son personajes de ficción, creados justamente con la intención de tener unas voces que narren lo que está pasando en Venezuela. La parte de Eduardo es la narración de una búsqueda, de lo que él siente en Madrid. Él anda buscando el por qué de tanta perversidad, y de alguna manera lo consigue incidentalmente cuando asiste a la presentación de un libro titulado La lógica de la crueldad.
Eso está muy relacionado con la parte ensayística de la novela que, como lo dice María Antonieta Flores, es transgenérica: es novela , es una historia de amor, hay hechos de ficción contados, y hay intríga. Pero Eduardo, a través de una serie de anotaciones, de conversaciones teléfonicas que sostiene con Aurora, de correos, va explicando las razones de por qué se actúa con tanta crueldad.
Ahí es donde se traduce a un lenguaje más comprensible la lógica de la crueldad, un proceso genérico que se ha dado muchas veces a lo largo de la historia de la humanidad y del que Venezuela es un ejemplo más.
El discurso tiene que ver con esa lógica de la crueldad, que es una lógica que se desarrolla en el nombre del supuesto bien. Hay unas personas que se sienten dueños de la verdad, ellos afirman saber cuál es el verdadero bienestar, y tratan de imponérselo a los demás por la vía del adoctrinamiento, o incluso del exterminio.
La novela, cuyos ventas reflejan la aceptación que ha tenido entre el público, forma parte del catálogo de Kalathos Editorial, el sello venezolano que viene abriéndose campo en el mercado español e impulsando los valores de la nación suramericana.