Más de 100 pacientes se benefician anualmente en Puerto Rico
Esta es la cuarta temporada navideña que Ángel Cabrera podrá disfrutar sin preocuparse por el dolor crónico que le aquejaba las 24 horas del día. El implante de un neuroestimulador en la zona de su espalda baja le dio un giro a su vida en 2018, permitiéndole retomar actividades cotidianas, como conducir, trabajar y festejar épocas como la navidad con sus seres queridos.
“Eso cambió mi vida. El dolor crónico prácticamente ya no existe. Siempre estaba afligido y en depresión porque no encontraba alivio”, compartió Cabrera, un empleado federal de 57 años. Ese cambio lo atribuye al neuroestimulador, un pequeño dispositivo que interrumpe las señales de dolor que el cuerpo envía al cerebro a través del cordón espinal.
Aprobada por la FDA, la terapia de Estimulación del Cordón Espinal (SCS, por sus siglas en inglés) ha logrado reducir hasta un 80% del dolor en siete de cada diez pacientes. Es un dispositivo similar a un marcapasos implantado debajo de la piel. Los impulsos leves que produce viajan del dispositivo a la columna vertebral por cables aislados delgados, bloqueando las señales de dolor.
En Puerto Rico, este tipo de terapias se practica desde hace cerca de 20 años. Es accesible, efectiva y está cubierta por la mayoría de los planes médicos en pacientes que tienen un historial de dolor crónico sin solución, explicó Fernando Marchán, líder de la línea en Puerto Rico de Medtronic, responsable de generar mayor acceso al dispositivo SCS. Su uso es más común en pacientes que han tenido lesiones severas o cirugías en la espalda. A través de clínicas especializadas en manejo del dolor, esta terapia es indicada a un promedio de más de 100 pacientes cada año. Antes de tomar la decisión final junto con su médico sobre si se le implanta definitivamente el dispositivo, el paciente puede recibir la terapia durante 10 días mediante un estimulador externo de batería, indicó Marchán.
“Después del implante, pude regresar a trabajar y llevar una vida normal”, testimonió Cabrera. Como resultado de una cirugía que lastimó sus vértebras en el área lumbar, este policía retirado llegó a tomar más de diez medicamentos relacionados con su dolor crónico. Al no sentir ninguna mejoría, sus médicos le recomendaron probar el efecto del neuroestimulador. En su caso, el resultado fue inmediato y permanente.
“Mi experiencia ha sido extraordinaria, porque siento que me ha librado de un gran sufrimiento”, dijo el paciente residente en Yabucoa. Existen otras terapias similares para aliviar el dolor crónico que dependerán de la condición del paciente y la evaluación de su médico.