La depresión es el segundo diagnóstico más prevalente en la población de pacientes tratados en los centros de servicios de la agencia
(Bayamón, P.R.) – La Navidad suele ser reconocida por la mayoría de las personas como una temporada de alegría y celebración. Sin embargo, para otras personas pudiera representar un periodo de mucha tristeza, incluso de depresión. Ante esta realidad, el administrador de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), Carlos Rodríguez Mateo, exhortó a la ciudadanía a estar alerta ante las señales de peligro y a buscar ayuda a tiempo.
“Durante esta época navideña, algunas personas experimentan sentimientos de desesperanza, apatía y tristeza profunda prolongada. Aunque esto puede afectar a personas de cualquier edad, suele afectar más a la población adulta y debe tratarse por un profesional de la salud mental. Si bien hay situaciones que las personas pueden enfrentar que pueden provocarles una depresión, en otros casos, esta puede aparecer sin una razón aparente. A esto se le conoce como depresión endógena”, explicó el portavoz de la agencia.
Ciertamente, reconociendo que cada individuo es un mundo aparte, existen algunas causas que pudieran provocar depresión durante la Navidad. Algunas son:
· Echar de menos a un ser querido ya sea porque vive lejos o porque falleció.
· El estrés navideño por encontrar los regalos perfectos, las preparaciones de las fiestas y los gastos excesivos pueden causar también malestar emocional.
- El fin de año y la llegada de uno nuevo lleva a reflexionar a algunas personas sobre sus metas y objetivos alcanzados. Algunos pudieran deprimirse al pensar que no lograron sus objetivos delineados.
- Algunas personas sienten melancolía, en contraste con el casi obligado sentimiento de felicidad que se asocia con la Navidad. Esto puede generar frustración y provocar justo el efecto contrario: que se intensifique el malestar.
- La Navidad es la época de menos horas de luz de todo el año, con las noches más largas y el clima más frío y lluvioso. Todo esto incide en nuestro estado de ánimo.
“Aunque la depresión en la Navidad puede convertirse en un trastorno emocional o empeorar un trastorno depresivo ya existente, en la inmensa mayoría puede ser temporal. Sin embargo, no debemos subestimar nunca ningún posible estado depresivo. Lo mejor es buscar ayuda de inmediato”, enfatizó Rodríguez Mateo.
· No esperes que todo sea perfecto. Procura separar tiempo para disfrutar de los días de descanso y de lo que te agrada.
· Analiza tus pensamientos y modifícalos por otros más positivos o realistas si es necesario.
· Si estás lejos de tus seres queridos, busca compañía y mantente más activo que de costumbre.
· Ante una pérdida de un ser querido o su lejanía, deja que la tristeza fluya, pero no te recrees en ella. Buscar nuevas actividades y tradiciones que no asocies a esa persona.
· No te obligues a hacer nada que te haga sentir mal. Participa de las actividades que te resulten agradables.
¿Cuáles son esas señales de alerta a las que se debe prestar atención?
· Pérdida de interés o apatía a todo lo relacionado con la Navidad.
· Sentirse molesto o infeliz al entrar en contacto con todo lo relacionado con la Navidad, como escuchar villancicos o ver decoraciones navideñas.
· Aislamiento y poco interés por compartir con otras personas.
· Cansancio, desgano y pérdida de vitalidad.
· Estado de ánimo o humor depresivo durante la mayor parte del día y la mayoría de los días.
· Irritabilidad extrema.
· Pensamientos negativos, autocompasivos o autodestructivos.
Si tú o algún ser querido presenta algunas de estas señales, busca ayuda profesional. Llama a la Línea PAS al 1 800 981 0023.