
Por: Teresa V. Orriola Silva
San Juan, Puerto Rico – En su segunda noche de residencia en el Coliseo de Puerto Rico, Bad Bunny ofreció un espectáculo que trascendió lo musical para convertirse en una celebración de identidad, memoria y orgullo nacional. Con un recinto a lleno a capacidad y una audiencia eufórica desde el primer segundo, Benito Martínez Ocasio reafirmó su conexión profunda con la Isla, construyendo un concierto lleno de simbolismo, historia y emoción.

Antes de que el reloj marcara las 9:13 p. m. del sàbado 12 de julio y el telón se alzara, el público fue recibido con un extraordinario video narrado por Benicio del Toro que resalta las bellezas de una patria y su gente. Además de una serie de mensajes proyectados en la pantalla que sirvieron como preámbulo y lección de patria. Entre datos históricos, curiosidades culturales y guiños al alma boricua, las pantallas recordaban que:
- Puerto Rico es un archipiélago, no una isla.
- Es un territorio no incorporado de Estados Unidos, pero tiene bandera, cultura e identidad propias.
- Hay 17 especies de coquíes, aunque tres no se han visto por décadas.
- San Juan es una de las ciudades más antiguas de América, fundada en 1521.
- La fosa de Puerto Rico es el punto más profundo del océano Atlántico.
- Tiene una de las bahías bioluminiscentes más brillantes del mundo.
- La bomba y la plena son géneros musicales autóctonos.
- Su nombre proviene de la riqueza natural, especialmente el oro.
- Se celebran las navidades más largas del mundo.
- El sancocho, según nuestras abuelas, lo cura todo.
- Los puertorriqueños somos bilingües, pero el Spanglish es el idioma oficial no oficial.
- Puerto Rico compite como país en eventos internacionales como las Olimpiadas y Miss Universo.
- Participa en los Juegos Olímpicos desde 1948.
- La primera pista hípica se estableció en San Juan en 1887.
- Es la colonia más antigua del mundo; San Juan es la ciudad europea más antigua bajo bandera estadounidense.
- Ha producido más de 60 campeones de boxeo.
- Cuenta con leyendas del béisbol como Roberto Clemente, Carlos Beltrán y Francisco Lindor.
- En 2017, Puerto Rico venció a Estados Unidos en el Clásico Mundial de Béisbol.

Estas afirmaciones generaron ovaciones entre el público, tocando una fibra patriótica que envolvió toda la velada.
El escenario recreó una postal puertorriqueña auténtica: una montaña típica del campo, un flamboyán rojo en flor, la famosa silla blanca del video “Un Preview”, gallinas, gallos, vegetación y una casita de madera similar a la que aparece en “Debí tirar más fotos”. En el techo, del Choli, una constelación de estrellas iluminaba el firmamento, evocando las noches del campo. Todo gritaba “No me quiero ir de aquí”, una frase que se convirtió en emblema del espectáculo. La escenografía abrazó nuestra tierra boricua.
Benito no solo montó un show: construyó una experiencia para que locales y extranjeros vivieran como vive un puertorriqueño. Jíbaros vestidos de blanco se paseaban por el escenario, entre escenas cotidianas de la vida rural. Una verdadera fiesta de pueblo, en vivo y a todo color.
Bad Bunny abrió con fuerza impetuosa interpretando “Qué tú te crees”, acompañado del percusionista Julito Gastó, seguido por “El Club”, “La Santa”, “Pitorro de coco” y el himno generacional “El Apagón”. Bajo la sombra del flamboyán, se unió al cuatrista José Eduardo Santana, para cantar versiones íntimas de “El Apagón”, “Weltita” y “Kloufiends”.
La narrativa visual cobró vida cuando apareció el cineasta Jacobo Morales, junto a un coquí exiliado, atrapado en el frío y la nostalgia, quienes llamaban a Benito desde el exterior, añorando volver. Bad Bunny, desde la casita del escenario, los recibe entre música y fiesta.
Allí se unió como invitada a Loren Aldarondo, vocalista de la banda puertorriqueña Chuwi, interpretando temas como “Centenar”, “Si estuviésemos juntos”, “Solo de mí”, “Ni bien ni mal”, “Amorfoda” y “Turistas”, otra invitada Rainao en “Perfuminto Nuevo”
Subiendo al techo de la casita, Benito desató una tormenta de euforia con “Nuevayol”, “Tití me preguntó”, “Incrédulo”, “Si veo a tu mamá”, “La Romana” y “Reunirse”, coreadas con entusiasmo por toda la arena.
Con invitados de lujo y una herencia musical innegable, uno de los momentos más potentes fue la llegada del invitado JHaco, con quien interpretó éxitos como “Yo me porto bonito”, “No me conoce”, “Bichiyal”, “Perro Negro”, “Ella perrea sola”, “Efecto” y el clímax de la noche: “Safaera”.
La emoción aumentó con la aparición de los legendarios Plenearos de la Cresta, quienes ofrecieron una poderosa secuencia de plena con los temas “Café con ron”, “Calladita”, “Baile inolvidable”, “DTmF” y “La mudanza”, llevando al público a una celebración de raíz y resistencia cultural.
La producción general una de excelencia, estuvo a cargo de Producida por Noah Assad Presents y Move Concerts, con un montaje escénico impecable y combinó tradición con tecnología de vanguardia. Las relaciones públicas, a cargo de Amanda González, Flavia Fernández y Sujeylee Solá, aseguraron una gestión profesional y fluida, logrando una experiencia integral tanto para medios como para asistentes.
En conclusión, este segundo concierto no fue simplemente una noche de música: fue un espectáculo que honra a la patria, sus raíces e historia. Fue un grito fuerte de identidad y un recordatorio de todo lo que hace a Puerto Rico único. Bad Bunny, una vez más, usó su plataforma global para mirar hacia adentro, hacia su gente, su cultura y su tierra.
Sin duda alguna, Benito con cada canción, visual y palabra, reafirmó lo que todos en el Coliseo sabían desde el principio:
“Aquí no se viene solo a cantar… se viene a vivir lo que significa ser puertorriqueño.”
