“Veamos los datos:
Dato 1: En Puerto Rico sólo se han hecho 7,790 pruebas de una población que ronda entre 3 a 3.5 millones. Eso, si le damos credibilidad a los datos del gobierno. Y todos sabemos que no se puede dar credibilidad a esos datos.
Dato 2: El gobierno ha admitido que no es hasta esta semana que está comenzando el rastreo y seguimiento de los casos. Por lo cual, menos aún sabremos a cuántos los que están positivos han contagiado. Sin contar con que hay gente que son positivas y no tienen síntomas.
Dato 3: Con esa pequeña muestra, el gobierno lleva diciéndonos que el pico de contagio será desde el 15 de abril hasta el 8 de mayo. De hecho, hoy lo dice otra vez el Secretario de Salud en la Conferencia de prensa de la Gobernadora.
Dato 4: No sabemos cuántas pruebas tiene el Gobierno, o cuántas pruebas rápidas tiene, ni a qué hospitales, Centros de Diagnóstico y Tratamiento (CDTs), laboratorios o Municipios se les ha repartido. No sabemos dónde están las 500 pruebas que se recibieron en Manejo de Emergencias que se daban por perdidas. Y el nuevo Secretario nos ha dicho que han sido repartidas pero no sabemos a dónde.
¿Entonces cómo es que van a relajar las medidas en las semanas donde va a aumentar el contagio? ¿O no tienen la información, o están mintiendo o la Gobernadora está cediendo a presiones políticas porque no tiene el carácter para mantener su postura?
La Gobernadora sabe que perdió credibilidad con el cuento de tratar de comprarle $38 millones en pruebas a una compañía de construcción de donantes del Partido Nuevo Progresista; y ahora tiene que tomar acciones que desacreditan aún más su data y su política pública.
Con esta nueva Orden Ejecutiva la Gobernadora demuestra que ni ella misma cree en sus datos.
El problema es que cuando no se tiene el carácter para gobernar en una crisis se pierde tiempo, recursos y vidas”.