Nacen nuevos rostros deportivos con espíritus resilientes
San Juan, Puerto Rico – El calendario olímpico había caducado para varios atletas en Mayagüez 2010. Otros se disponían a extender su estadía a un ciclo adicional. Unos pocos le siguen sacando provecho a los beneficios que tienen sus disciplinas que, a mayor edad, más posibilidades en ser medallistas.
El relevo generacional para la Delegación de Puerto Rico estaba latente. Había alrededor de una década de arduo trabajo para los líderes del Comité Olímpico de Puerto Rico y los amigos del deporte en apoyar el desarrollo y estructuración de un equipo de ensueño.
“Muchos de estos atletas venían de programas deportivos que en Puerto Rico se estaban desarrollando con el tiempo y que dieron resultados positivos. Fue una estructura que al presente se sigue mejorando al ritmo del cambio de la práctica del deporte en el mundo”, recuerda la presidenta del COPUR, Sara Rosario.
Entre los proyectos de desarrollo de estos atletas estaba el programa de la Iniciativa para el Desarrollo del Deporte Femenino Puertorriqueño, los Centros de Formación y Desarrollo y la Junta de Atleta a Tiempo Completo, estos tres por el Departamento de Recreación y Deportes; las escuelas especializadas en deportes como la Eugenio Guerra Cruz en el Albergue Olímpico y la Germán Rieckehoff Sampayo en Carolina; y, programas con empresas privadas de “Adopta un atleta”. El producto deportivo beneficiado salió del trabajo incansable de las federaciones del COPUR en hacer sus reclutamientos y planes de entrenamiento acorde con lo que ocurría en centros alrededor del mundo.
“Subir un escalón a nivel centroamericano, panamericano y olímpico conlleva rediseño, apoyo y estructura metodológica. Estábamos seguros de que la Delegación de Mayagüez 2010 nos daría la chispa para seguir cosechando grandes logros. Así lo hemos visto en los dos ciclos olímpicos subsiguientes”, puntualizó Rosario.
El retiro de grandes profesionales fue inminente. Algunas de las figuras que se despidieron del uniforme nacional fueron: Carlos Arroyo y Juanita Rivera (baloncesto), Michelle Ayala (bolos), Jessica García y Carlos Santiago (judo), Geralee Vega (pesas), Asunción Ocasio e Ineabelle Díaz (taekwondo), Lucas Bennazar y Vivian Rodríguez (escopeta), Héctor Berríos (tenis de mesa), los voleibolistas Víctor “Vitito” Rivera, Héctor “Picky” Soto y Alexis Matías, entre otros.
Otros decidieron extender sus años de competitividad hasta el 2016 sin dejar de sumar logros para su país. Este fue el caso de tres “Golden Boys” de la gimnasia Luis Rivera, Tommy Ramos, Alexander Rodríguez, el velerista Raúl Ríos, el corredor Javier Culson y las voleibolistas Debora Seilhamer, Vilmarie Mojica, Tatiana Encarnación y Saraí Álvarez, entre otros.
“El ingreso de talento joven a nuestra delegación estuvo presente para el Comité y el Departamento de Alto rendimiento desde que culminó el ciclo olímpico en Londres 2012. Un ciclo que cerró con dos medallas olímpicos, el bronce de Javier Culson y la plata de Jaime Espinal. La detección del talento se estaba haciendo dentro y fuera del país. También habíamos visto que se podían quedar atletas que estaban a mitad de su rendimiento y persisten en la competencia”, repasó la líder del Movimiento Olímpico Local.
De los atletas de Mayagüez 2010 están activos la medallista de oro olímpica en el tenis, Mónica Puig, el medallista de plata olímpico en lucha Jaime Espinal, la doble olímpica en atletismo Beverly Ramos, la luchadora Nesmarie Rodríguez, las judocas Melissa Mojica y María Pérez, la pesista Lely Burgos, el tenimesista Daniel González, la baloncelista Pamela Rosado, los tiradores Luis “Tuto” Bermúdez, Ana Latorre y Jesús Medero, las balonmanistas Jailene Maldonado, Joane Vergara, Nathalys Ceballos, Ciris García y Sheila Hiraldo, los nadadores Christian Bayó y Vanessa García y los voleibolistas Ángel Pérez y Aury Cruz, etcétera.
Puerto Rico ha dado cátedra en la confección de delegaciones jóvenes con las últimas dos citas centroamericanas en Veracruz 2014 y Barranquilla 2018. Entre estas dos justas hubo una prueba grande a superar como país, el huracán María en el 2017, y la recesión económica que se agudiza en el 2020 con la pandemia del coronavirus, COVID_19.
La participación de atletas por primera vez en unos Juegos Centroamericanos fue de 60% en Veracruz 2014. Para Barranquilla 2018 subió a 63%. En el ámbito de preseas Puerto Rico llegó en ambas competiciones en séptimo lugar en la tabla global de los países participantes. En el 2014 la suma de metales fue de 84 con 15 de oro, 24 de plata y 45 de bronce con 335 atletas. Cuatro años más tarde, se reunieron 356 deportistas para enaltecer la monoestrellada con 87 medallas de las cuales fueron 20 de oro, 29 de plata y 38 de bronce. Panamá 2022 es la próxima cita para los puertorriqueños, donde se provee un alza en la participación de atletas debutantes y una consistencia en figuras de Veracruz y Barranquilla.
“Además de los atletas que siguen de Mayagüez 2010, existen caras refrescantes que le han dado muchos logros a Puerto Rico en estos últimos años. Este el caso de los deportes de tenis de mesa, lucha, atletismo, boxeo, bolos, baloncesto con todos sus eventos, el renacer del béisbol y el softbol y más deportes que han ido trabajando mano a mano con el Departamento de Alto Rendimiento con el propósito de seguir siendo uno de los mejores de la región y escalar más en el podio olímpico”, precisó Rosario.
Los escalones para subir el podio olímpico son muchos. En la carrera se pueden presentar dificultades y muchas veces no cumplir con las expectativas que tiene un pueblo apasionado del deporte. Este fue el caso de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 donde se logra 15 medallas (una de oro, una de plata y 13 de bronce), siete medallas menos del total de Guadalajara 2011 que fue de 22 (seis de oro, ocho de plata y ocho de bronce).
En el entremedio de este ciclo (2014-2016) se concretiza el sueño de todo patriota en el Olimpo, la primera medalla de oro por la puertorriqueña tenista Mónica Puig en los Juegos Olímpicos de Río de 2016. Una alegría compartida para los que fueron finalistas en clavados, Rafa Quintero, y en salto a lo alto, Luis Joel Castro.
Esta motivación se traspasó para Barranquilla 2018 y abonó la esperanza para dejar como crecimiento deportivo los juegos de Toronto 2015 con un gran desempeño en los panamericanos de Lima 2019. Puerto Rico logró que el relevo generacional de Mayagüez 2010 se llenara de un espíritu resiliente y combativo para lograr una de sus mejores actuaciones en los pasados 28 años con 24 medallas: cinco de oro, cinco de plata y 14 de bronce.
Todavía queda por escribir la página histórica de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que fueron pospuestos por el coronavirus. Hasta el momento son 22 atletas clasificados, pero a la espera de nuevas figuras que iniciarán un nuevo recorrido en el Movimiento Olímpico de Puerto Rico.