Desfilaron en su graduación de maestría del RUM y en su boda el mismo fin de semana
En un mundo donde los números y las ecuaciones suelen ser vistos como fríos y abstractos, ellos encontraron en las matemáticas mucho más. Se trata de Mónica Colón Vargas y Geraldo Enrique Soto Rosa, quienes en un mismo emotivo fin de semana, se graduaron de Maestría, con promedio de 4.00 puntos, del Departamento de Ciencias Matemáticas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y unieron sus vidas en matrimonio. Además, fueron admitidos para cursar el doctorado en Brown University, una prestigiosa universidad Ivy League.
Aunque ambos son mocanos, fue en las aulas del Colegio de Mayagüez donde sus caminos se cruzaron, mientras cursaban su grado de bachillerato en el mencionado Departamento. Desde entonces, específicamente desde el 2017, su relación ha sido una fuente constante de apoyo y motivación mutua.
“Es un logro muy grande. Nosotros desde subgraduados hemos estado y estudiando juntos. Él me ayudaba en unas clases y yo, en otras. Íbamos a seguir directo para el doctorado cuando nos graduamos de bachillerato, pero decidimos hacer la maestría para ver en qué área queríamos enfocarnos. Esa fue la mejor decisión porque llegó el COVID-19 y empezar un doctorado online debe ser muy difícil. Terminar la maestría ahora ha sido muy enriquecedor y favorable para los dos en el sentido académico y profesional. ¡Ahora nos casamos y entramos al doctorado!”, sostuvo Mónica, quien se graduó del Programa de Estadísticas, en la maestría de Ciencias Matemáticas.
“Me siento bien feliz de poder compartir con ella todos estos logros juntos desde el bachillerato, nuestros internados, y a los viajes que pudimos ir cuando eran conferencias afuera. También en la maestría, que estuvimos juntos casi en todas las clases, no en todas, sino en las más difíciles. Ella se fue a hacer su concentración, que era Estadística, pero siempre estábamos juntos apoyándonos en las clases y buscando la manera de participar en las actividades del Departamento. Todo el mundo nos conocía ya”, expresó, por su parte, Geraldo, quien se gradúo del Programa de Matemática Pura, de la mencionada Maestría.
Agregó que para él representa un peldaño muy significativo, ya que es el pionero en su entorno en obtener educación universitaria.
“Representa un logro bien importante porque vengo de una familia en la que prácticamente soy el primero que sigue estudios más allá de lo que es el cuarto año. Fui el primero en obtener un bachillerato y en tener un grado más allá, como lo es la maestría”, sostuvo.
Los jóvenes comenzaron su jornada académica en el RUM en el 2015, cuando sin conocerse, iniciaron su primer año del bachillerato en Matemáticas. Más adelante, en el 2020, ya con una relación de noviazgo, concluyeron esa meta, los dos con altos honores.
Su primera opción para doctorado era la Universidad de Brown. Sin embargo, reconociendo que por tratarse de una Ivy League, resulta difícil ser admitido (no obstante, el excelente promedio), decidieron solicitar a una veintena de universidades.
“Solicitamos a 27 universidades pensando: ‘dónde nos acepten ahí nos vamos” pero Brown era nuestra inspiración y un sueño. Lo cierto es que pensábamos que no íbamos a entrar. Resultó que Brown fue la primera universidad que nos admitió a los dos juntos. Ya tu te imaginas la alegría que sentimos al enterarnos de la noticia: primero Geraldo y luego yo, dos días después. Lloramos de la alegría”, narró Mónica.
“Yo no lo creía, realmente, no lo creía. Siempre fue una meta que veíamos lejos. Le dije a ella que fuésemos positivos, que lo intentáramos y que lo peor que nos podía pasar era que nos dijeran que no. No tuvimos miedo, recopilamos toda la información, solicitamos y nos llevamos la sorpresa de que dentro de todas las universidades, fue la primera que nos respondió”, dijo, por su parte, Gerardo, quien agregó que fueron admitidos en otras 15 instituciones.
Él hará el doctorado en Matemáticas Aplicadas y ella en Bioestadística. Ambos comparten el deseo de convertirse en profesores y transmitir sus conocimientos a futuras generaciones, luego de que en el RUM tuvieran la oportunidad de ser instructores e impartir los cursos básicos de Matemáticas.
“Coincidimos en ofrecer los cursos de Precálculo I y 2, además yo di las clases de Cálculo 1 y 2, y Mónica, el curso de Estadísticas. Nos encantó muchísimo la experiencia y tuvimos buena retroalimentación de nuestros estudiantes ya que estuvimos enfocados en llegar a ellos”, agregó Geraldo.
Según relataron, su éxito se atribuye, en parte, a la sólida educación que recibieron en el Recinto de Mayagüez. Desde su experiencia en el bachillerato, ambos reconocen el valor de su formación en el campo de las matemáticas.
“Desde subgraduados puedo decir que soy sangre verde hasta el fin del mundo. Estoy encantada, amo y adoro el Colegio y jamás me arrepiento de estudiar en este Recinto. Tuve la oportunidad de participar en internados, investigaciones, y publicaciones. Geraldo igual, para los dos fue lo mismo. La educación subgraduada nos abrió el conocimiento de tantas puertas y posibilidades que tiene el campo de las matemáticas. Eran tantas las opciones que no sabíamos qué hacer y por eso fue que decidimos la maestría. A mí me gustó más la Estadística y Geraldo se quedó en Matemáticas Pura, pero aun así se dio cuenta en la maestría que lo que interesaba eran las Aplicaciones y por eso, decidió hacer el doctorado en Matemática Aplicada. A mí, de la Estadística siempre me ha interesado la Biología y logré realizar muchos trabajos, proyectos e investigaciones en Biología, aplicando la Estadística. Por eso, decidí hacer el doctorado en Bioestadística”, explicó.
“Creo que fue la base de todo, realmente, porque cuando comencé a estudiar Matemáticas no sabía su alcance. Entré porque simplemente era bueno, me gustaba y quería dar clases en algún momento. Luego de tomar todos los cursos y ver el programa, tuve una idea más amplia”, agregó Gerardo.
Los nuevos esposos se casaron el sábado, 10 de junio en Moca. Aunque vivían a 10 minutos de distancia, su primer encuentro fue en la Universidad, ya que se habían graduado de escuelas distintas.
“Geraldo me conoció mientras tomamos la clase de Economía, pero no me acuerdo mucho de él en esa ocasión. Cuando comenzamos a hablar fue en el curso de Fundamentos de Matemáticas, MATE 3020. Eso fue en el 2016 y ahí nos conocimos. Fuimos amigos, nada de mi parte, ni lo veía como algo más, pero él me dice que estaba tratando de llamarme mi atención. Entonces, en el 2017 azotó el huracán María y él llegó hasta mi casa para traerme galoncitos de agua. Así fue que, poco a poco, nos fuimos conociendo. El huracán fue el que nos unió”, relató Mónica.
“Yo siempre le escribía, hablábamos, pero todo se quedaba ahí. Un día después del huracán, como nuestras casas no eran tan lejanas, llegué a su casa y hablamos un buen rato. Tenía un contacto para conseguir el agua más rápido, más accesible y comencé a llevarle las botellas, hasta que se empezaron a dar cuenta que: ‘este muchacho estaba yendo mucho allí’. Después le di un besito en la frente y ya ahí entonces se dio cuenta”, recordó, por su parte, Geraldo.
El próximo 25 julio viajarán a Rhode Island, donde ubica la Universidad, fundada en 1764 y que es la séptima más antigua de los Estados Unidos.
“Ahora son muchas cosas pasando: graduaciones, comenzar un doctorado, matrimonio, viajes, mudanzas, todo al mismo tiempo es como bien difícil, pero emocionante al mismo tiempo”, concluyó Geraldo.