En la intimidad con Claudia Acuña

Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

La cantante chilena radicada en Nueva York explicó los desafíos de su más reciente trabajo discográfico ‘Dúo’; y habló sobre su trayectoria y vivencias.

Extraordinaria conversación. La voz agradable y dulce de la cantora chilena Claudia Acuña hipnotizó al tiempo -porque pasamos minutos parlando y nunca sentimos prisa por terminar- y brindó detalles sobre los desafíos que enfrentó al realizar su más reciente proyecto discográfico ‘Dúo’. Todo un reto.

El disco es extraordinario de principio a fin. Claudia cautiva con el poder de su voz y el atinado acompañamiento de grandes maestros que la respalda en cada dúo. Kenny Barron (pianista), Christian McBride (bajista), Carolina Calvache (pianista), Fred Hersch (pianista), Regina Carter (violinista), Russell Malone (guitarrista) y el pianista Arturo O’ Farrill, completan el contubernio musical.

“Este es un disco que tenía pensado hacerlo desde hace mucho tiempo, pero no sabía cuándo lo grabaría y si era posible realizarlo; por la envergadura y los grandes maestros que tengo en la producción. Con el asunto de la pandemia aprendimos a valorar el momento y lo frágil que somos. Entonces me dije, voy a darme un gusto y voy a realizar el disco de dúos”, destacó Claudia Acuña en entrevista telefónica para la Fundación Nacional para la Cultura Popular.

El siguiente paso fue identificar los músicos que la acompañarían. Tenía nombres de artistas que admira y respeta; pero a la vez, deseaba que los músicos estuvieran en Nueva York -Claudia reside en Nueva York- para que fuera una dinámica que fluyera y se sintiera; y no, desde la distancia, una imposición establecida por la pandemia.

“Necesitaba que esa intimidad se sintiera como cuando se invita a tomar un té o un café. Era necesario percibir esa energía. Desde el principio me hice la promesa de hacerle honor a mi cultura y al lugar de donde vengo. Con eso se expande algo que vengo hace rato integrando y analizando. Que sinceramente hay una historia musical en Latinoamérica, que la llamo los temas estándar Latinoamericanos. Canciones que vienen de Cuba, México, Argentina, Chile, Puerto Rico, entre otros lugares, que son canciones emblemáticas que forman parte de nuestra cultura. Compositores que escucharon nuestros abuelos, padres; y se vuelven a grabar y vuelven a enamorar”, detalló la cantante de jazz.

Al hablar de este repertorio latinoamericano se refiere a temas que plasmó en ‘Dúo’ como ‘Júrame’ de la compositora mexicana María Grever; ‘Manifiesto’ de Víctor Jara; y ‘Verdad amarga’ de Consuelo Velázquez, por mencionar algunas.

“Estas canciones nos traen tantos recuerdos y son parte de nuestra historia más allá de dónde vengan; y tras la promesa que me hice, a pesar de seguir este estilo musical (jazz) que no necesariamente tiene que ver con nuestras raíces, me enamoré de esta música”.

Acuña enlaza su folclor chileno y latinoamericano con el jazz de una manera excelente; y en este proyecto de dúos logró una conexión maravillosa con cada uno de los acompañantes.

“Mi deseo desde el principio fue llevar a estos amigos músicos a mi mundo. Estas canciones significan mucho para mí y ellos se adentraron a mi mundo musical. Digo que fue un acto valiente de mi parte, atreverme a llamar músicos de este calibre. Cuando tuve por fin el disco en mis manos fue una experiencia un poco surrealista. Cada disco tiene su magia particular porque es único. Este la tiene, por la calidad de sus invitados. Por lo general siempre grabo discos con la banda que estoy trabajando o tocando. Pero me di un gusto de hacer un disco de este calibre y con distintos músicos”, señaló pausadamente.

Entre la discografía como solista de Claudia -posee una discografía inmensa en colaboraciones- se encuentra ‘Turning Pages’ (2018), ‘En este momento’ (2009), ‘In These Shoes’ (colaboración con Arturo O’Farrill 2008), ‘Luna’ (2004), Rhytm Of Life (2002); y ‘Wind From The South’ (2000).

Sobre su trabajo vocal en colaboraciones con otros artistas señaló que estas oportunidades la nutren de nuevas fuerzas y experiencias.

“La mayoría de mis colegas estarán de acuerdo conmigo, que las colaboraciones son una forma preciosa de uno trasladarse al mundo del otro músico. Colaborar con otro músico es un aprendizaje para uno mismo. He tenido el privilegio de colaborar con tantos músicos; desde George Benson, Danilo Pérez, Arturo O’ Farrill y otras tantos. Espero que sean muchas más oportunidades”, dijo.

Claudia narró que se enamoró de ese estilo musical (jazz) sin saber que era jazz. Fue cautivada desde muy joven por el género.

“Me enamoré de este estilo de música desde muy temprano. No tenía idea o información que lo que me atraía era jazz. Mis padres no eran músicos. Durante esa época en Chile, la radio y televisión estaba muy controlada por la dictadura de Augusto Pinochet. Controlaban la televisión, pero daban muchos musicales y telenovelas mexicanas, venezolanas y brasileñas. Mi madre amaba los musicales y ahí fue como conocí a Frank Sinatra, Duke Ellington, Fred Astaire, Louis Armstrong… y me atrajo su música. En mi casa la radio tuvo un rol importante; y con las novelas brasileñas tuve acceso a Antonio Carlos Jobim y otros grandes de la música de Brasil. Así, fue como me empecé a enamorar de este tipo de música”, recordó.

Nada fue fácil para ir en la búsqueda de sus sueños. Detalló que su historia no es distinta a los que se emprenden metas en otros rincones alejados de su terruño.

“Mi historia no se escapa a las historias de un emigrante. Llegué con la ilusión de querer ir a la escuela y prepararme más en lo musical, pero no dominaba el inglés. Empecé por recomendación de los mismos profesores a ir a sesiones de jazz. A tomar talleres aquí y allá. Comencé a trabajar como lavaplatos y en guarderías… también, a cuidar niños. Tomé un trabajo en el club de jazz Blue Note para poder ver a todos estos maestros. Por ahí entrando a los ‘jazz jam sessions’ se empezó a correr la voz y poco a poco comencé a hacerme de un nombre.”, contó tras un viaje retrospectivo.

“Nunca había pensado que existía una posibilidad de que yo grabara un disco. Se empezó a correr la voz y hubo gente que fue muy buena conmigo. Me pedían cintas para darlas a los sellos disqueros; y hubo un momento donde tuve la oportunidad de entrar a más de un sello. Cuando me fue a ver la persona del sello discográfico Verve para decirme que estaban interesados en firmarme, pensé que era una broma. Se tienen sueños, pero nunca pensé que sería firmada por un sello discográfico. Me convertí en la primera mujer de música latinoamericana que era firmada por un sello de este calibre, en donde estaban figuras como Ella Fitzgerald, Diana Krall, Natalie Cole. Decía guao, mi nombre está ahí. Eso fue el gran salto de mi carrera. Luego, cambié de casa discográfica y tuve la oportunidad nuevamente de estar en una casa disquera como la de Branford Marsalis. Realicé un disco con Branford y trabajar con él, fue un sueño. Es uno de mis ídolos. La producción fue ‘En este momento’, el disco que hice junto antes de que me tomara casi 10 años, sin hacer una producción. Después llegó ‘Dando vuelta a la página’ (Turning Pages) que fue un disco independiente que me llevó a una nominación por un Grammy Latino”, expuso con orgullo la cantora chilena.

De igual manera Claudia explora y se goza en escribir líricas. Aventurarse y atreverse a escribir. Un ejercicio que desata pasiones cuando la musa llega. Todo, sin ponerse presiones.

“Escribo de manera natural, cuando viene la musa y muy tímidamente. Me costó mucho tiempo salir al mundo como compositora. En mis discos siempre hay una canción o dos como máximo. En el nuevo disco ‘Dúo’, hay solo una. Pero me he propuesto tomar mis ideas e inspiraciones y llevarlas a mis producciones dejando atrás la timidez que tenía antes”, concluyó diciendo Claudia Acuña.