Algunos cuentan historias, otros las crean. La fotografía es comunicación visual y las fotos pueden contar historias. Para contar una historia sólo necesitas un protagonista y algo que contar. Los detalles enriquecen la historia para convertirla en una única narrativa. Una foto puede conectar con las emociones y permitirnos crear una experiencia al visualizar la misma.
Laurie Liz Vázquez Silva y Adolph Morales Vázquez, 25 y 31 años respectivamente, son dos jóvenes emprendedores puertorriqueños, creadores de historias a través del lente.
Laurie Liz, tiene estudios formales en fotografía y administración de empresas, pero creció con la cámara en sus manos. Su padre fue fotógrafo de profesión por décadas. Laurie Liz aprendió a tomar fotos a la edad de ocho años.
Adolph, con una habilidad innata para los negocios, proveniente como la mayoría de nosotros, de un hogar de clase media donde estudiar es la herramienta para potenciar tu futuro, estudió sicología en la Universidad de Puerto Rico, lo que le ha permitido adentrarse en la fotografía con un nivel de sensibilidad y percepción particular.
Juntos, en el 2012 y con la idea de perpetuar a través de la fotografía momentos relevantes en las vidas de otros, comenzaron su aventura de negocios repartiendo “flyers” en las luces de Bayamón.
Poco más de 4,000 sesiones de fotos después, hoy, esta joven pareja, forma junto a otras nueve mujeres, todas diestras en fotografía, el único equipo de mujeres fotógrafas en Puerto Rico (10) dedicadas a la fotografía de bodas y fotos de parejas. Se especializan en la fotografía conocida como Under Water, un estilo que contrasta la fotografía tradicional de una boda en un entorno bajo agua. Uno de sus tres “sets” o estudios de fotografía, es una piscina para realizar las sesiones donde manejan un ambiente controlado. Durante el periodo navideño, realizan sobre 70 sesiones de fotografía diarias en dos estudios ambientados para la época, a familias, parejas, niños y hasta mascotas.
Estos dos jóvenes emprendedores, no se limitan a crear historias a través del lente fotográfico; dedican parte de su tiempo libre a tareas solidarias y colaboran en misiones a comunidades en desventaja.
Les apasiona viajar y no pierden oportunidad para hacer fotos en lugares icónicos de los países que visitan. Lo que les permite además, conocer las tendencias en fotografía de colegas en otros países del mundo. También enseñan fotografía través de talleres y organizan la única convención anual en Puerto Rico para adiestrar a fotógrafos y videógrafos amantes de este campo.
La historia de Laurie Liz y Adolph rebasa los límites de lo que puede captar el lente de la cámara.
Hace unos tres años, como otros tantos puertorriqueños, encararon el desempleo en su familia, lo que los obligó a adelantar un proyecto que ya coqueteaba con la mente de Adolf, quien se comprometió a continuar con el legado de su abuelo y patentizar las fórmulas de “limbers” de Don Moncho, residente de Virgilio Dávila hace 60 años, uno de los primeros que ocupó el residencial en la década del ’50, y quien aún hace limbers. Hoy ya sobre una docena de escuelas, algunas como método alterno de recaudación de fondos para sus clases graduandas, poseen neveras de limbers de Don Moncho con sus ocho sabores.
Y es así como esta pareja de jóvenes cuenta historias día tras día, afanosamente dentro y fuera de Puerto Rico porque de tiempo en tiempo vuelan a captar con su lente a los puertorriqueños que se encuentran en la diáspora.
Underwater Photography:
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