Por: Amarilis Cintrón López-Historiadora
El venezolano Guillermo Dávila llegó a su cita con el público puertorriqueño en el Coca Cola Music Hall. En la noche del sábado, 26 de febrero de 2023, se revivieron en un auditorio completamente lleno, muchísimos recuerdos a través de los temas que, el eterno novio de muchas puertorriqueñas convirtió en éxitos desde la década de los ochenta.
Al ritmo de Me fascina, que formó parte de su quinto álbum de estudio de 1988, inició el reencuentro después de 8 meses y 30 días de su pasada presentación en Puerto Rico. Tan pronto a las 10:45 de la noche se escucharon los acordes de una de las melodías llenas de picardía, sensualidad e invitación a vivir el amor con la compañía ideal, el Coca Cola Music Hall que previamente había tenido en el escenario la presentación del Súbete a mi moto tour de los ex Menudo Ricky, Johnny y Miguel, se transformó en un ambiente completamente romántico cuando Guillermo Dávila apareció en el escenario. Vestido con chaqueta rosada y acompañado de su guitarra verde aguamarina colgando de su espalda, desató las pasiones de la fanática que comenzaron a disfrutar al ver a su eterno consentido.
Luego de su segundo tema Déjate amar, entre los te amos, el estás como el vino y una invitación a quitarse la ropa que le gritaban desde la audiencia, un Guillermo interactuó con las féminas antes de iniciar a cantar su Mamita, ábreme la puerta. Su estilo jovial se hizo presente en sus expresiones verbales y sus movimientos deslizamientos por el escenario. Al ritmo de Tiempo libre mostrando movimientos sensuales se despojó de la chaqueta para quedar ataviado por un chaleco negro y camisa manga larga color blanco. Retomó su guitarra para interpretar Ves como es, cuya letra es una reflexión al amor que termina “borrando poesías”, dejando silencios entre sus protagonistas.
Tu corazón fue el siguiente tema que al finalizarlo, se escuchó a una dama gritarle “tesoro mío” aludiendo al tema que grabó con su compatriota Kiara, que Guillermo le respondió con “tesoro mío eres tú”, antes de proceder a cantar Sólo quiero cocos. Continuó el espectáculo con una de las interpretaciones más intensas, por el mensaje entre líneas y la historia que inspiró la canción Barco a la deriva. Para la interpretación se recurrió al elemento visual en la pantalla para representar el proceso de marchitarse de ese ser amado que no quiere ver el faro que le guía.
Sin pensarlo dos veces, Tesoro mío provocaron fuertes vítores entre la audiencia que se extendieron cuando cantó los éxitos Toda la luz de la telenovela Diana Carolina (1984-1985) que protagonizó junto a la puertorriqueña Ivonne Goderich y Sólo pienso en ti de la telenovela Ligia Elena (1982) que protagonizó junto a la venezolana Alba Roversi, que cambió la frase “sólo pienso en ti” por un “Puerto Rico en ti”. Con el décimo tercer tema Nunca dejes de soñar, Guillermo Dávila se despidió de su fanaticada haciendo un homenaje a todos los presentes, porque le han enseñado muchas cosas, en especial “que pase lo que pase, nunca se debe dejar de soñar; ésta Isla es así, no le puedes quitar los sueños”. Un bello momento de nostalgia se produjo cuando Guillermo se despidió cantando un fragmento de Lamento borincano de Rafael Hernández.
El concierto fue una producción de Pepe Dueño para José Dueño Entertainment. La banda de músicos, la corista, el equipo luminotécnico y de sonido realizaron un excelente trabajo para que el espectáculo se disfrutara a cabalidad. Con Guillermo Dávila se revalida la expresión que hay canciones atemporales que producen sensaciones llenas de profunda emoción al escucharlas una y otra vez. Desde ya, empezará el conteo regresivo para su fanaticada y en especial, para las Guillerminas y Zulma López, la fundadora del club de fanáticas en Puerto Rico, que esperan su regreso para volverle a ver y poder disfrutar las interpretaciones de su consentido.