Histórica participación puertorriqueña sobre DtMF de Bad Bunny en el NCA Convention

El panel “Exploring Puerto Rican Identity and Resistance through Bad Bunny’s DTmF  album”, fue seleccionado para la convención anual número 111 de la National  Communication Association en Denver, Colorado 

Denver, Colorado – La representación puertorriqueña alcanzó un nuevo hito  académico con la selección del panel “Exploring Puerto Rican Identity and Resistance  through Bad Bunny’s DTmF album”, que se presentó en la edición 111 del Annual  Convention de la National Communication Association (NCA), que se celebra del 20 al  23 de noviembre de 2025 desde la ciudad de Denver, Colorado. 

La propuesta superó un riguroso proceso de evaluación en una de las convocatorias  más competitivas del prestigioso evento académico. Fue presentada con el apoyo del  Caribbean Communication Caucus y con el coauspicio de La Raza Caucus y de la  Latino/Latina Communication Studies Division. El panel reunió a destacadas voces de  la academia, el periodismo, el derecho, la comunicación estratégica y los estudios  culturales. Todas estas voces compartieron la misión de examinar las dimensiones  identitarias, políticas y sociales del más reciente álbum de Bad Bunny, Debí tirar más  fotos (DTmF), y su impacto en la diáspora y en la discusión pública sobre la  puertorriqueñidad. 

El propósito del panel fue analizar cómo DtMF sirve como herramienta de resistencia,  archivo cultural y comentario social en un Puerto Rico marcado por crisis económicas,  desigualdades, desplazamiento y retos coloniales. Las ponencias destacaron los temas  de raza, género, clase, colonialismo, ambientalismo y diáspora, todas presentes en la  obra del artista. 

La periodista, estratega digital y estudiante doctoral de Comunicación, Medios y Cultura  en Howard University, Lillian Enid Agosto Maldonado, detalló que su aportación se  fundamenta en un análisis crítico de contenido en redes sociales, principalmente  TikTok, para entender cómo la diáspora interpreta y se conecta con los temas del  álbum. 

“La recepción del álbum entre la diáspora ofrece un lente poderoso para examinar  identidad cultural y el sentido de pertenencia”, explicó. 

Por su parte, la investigadora, creadora de contenido y estudiante doctoral de  Louisiana State University, Nildy Mary Chapman Sánchez, aportó al panel desde la  perspectiva del performance, analizando cómo Bad Bunny utiliza gestos de  reafirmación cultural mientras adapta su imagen al mercado global. Destacó el uso de  símbolos puertorriqueños como el jíbaro, la pava y ritmos como la salsa, bomba y plena  para construir un performance identitario que conecta tanto con la audiencia local como  con públicos internacionales. 

Chapman Sánchez también integró el concepto de photo/poetics of Boricua aesthetics  de Yomaira Figueroa, resaltando cómo la estética cotidiana del artista funciona como  un archivo vivo de puertorriqueñidad. Según su análisis, el álbum invita a “dejar un  rastro” mediante fotos, videos y textos, para concluir que la creación cultural documenta  y preserva lo que significa ser puertorriqueño. 

El periodista, abogado y académico de la Universidad del Sagrado Corazón Rafelli  González Cotto, abordó la dimensión comunicacional del fenómeno, a quien consideró 

una especie de periodista cultural moderno que transformó las normas de la  distribución de contenidos digitales. 

“¿Es Bad Bunny un periodista? No en el sentido tradicional. Pero en el que importa  para la supervivencia cultural, sí”. Es un cronista del presente puertorriqueño, un  archivista de resistencia y un narrador que se rehúsa a que la isla desaparezca tras la  tormenta, el apagón o la sombra colonial”, sostuvo. 

La experimentada especialista en asuntos ambientales Lilliana Alemán profundizó en  cómo la música de Bad Bunny se convierte en un vehículo para denunciar  vulnerabilidades climáticas y la gentrificación. Su análisis incluyó temas como Lo que le  pasó a Hawaii, La mudanza, Café con ron y Turista, en los que identifica metáforas de  desplazamiento, migración y degradación ambiental. 

La columnista, profesional del derecho y estudiante de University of New Mexico, Ínaru de la Fuente Díaz, planteó la necesidad de examinar las narrativas de  transformación cultural y las tensiones entre el reguetón y las experiencias de la  comunidad LGBTQI+. Sus comentarios resaltaron el rol de Bad Bunny en subvertir  discursos homofóbicos y misóginos tradicionalmente vinculados al género urbano. 

En su destacada participación, De la Fuente Díaz enfatizó la necesidad urgente de  estudiar cómo las personas cuir reinterpretan y transforman la cultura dentro de un  género que históricamente ha reproducido narrativas homofóbicas y misóginas.  Subrayó que esta violencia simbólica puede hacer que muchas personas se sientan  extranjeras dentro de su propia cultura, lo cual puede generar distanciamiento o incluso  repudio hacia lo que debería ser un espacio de pertenencia. 

Desde su análisis, la obra de Bad al subvertir normas de género y abrir espacio para  expresiones no normativas, crea condiciones para sanar ese pasado, lo cual permite  que las identidades cuir reclamen, reconstruyan y vivan su puertorriqueñidad sin  renunciar a sí mismas. 

Mientras tanto, el presidente de Boricuas Unidos en la Diáspora (BUDPR) y autor del  libro en preparación Free Puerto Rico: The Case for Independence, Alberto Medina,  situó su análisis en el contexto político. Indicó que Bad Bunny ha logrado llevar el tema  a la corriente dominante como ningún otro comunicador contemporáneo, convirtiéndose  en un referente de la juventud independentista. 

“El colonialismo de Puerto Rico es una de las injusticias más graves en Estados  Unidos, pero está casi ausente en el discurso público”, señaló como punta de lanza de  su participación.

Finalmente y como aportación de un estudiante doctoral en Howard University y  profesor adjunto especializado en comunicaciones y relaciones públicas no nacido en  Puerto Rico, Nicholas Uptgrow, presentó un análisis multimodal crítico del discurso de  entrevistas y videos musicales como Caro y Yo Perreo Sola. Concluyó que la obra de  Bad Bunny articula discursos contrahegemónicos sobre normas de género y  expresiones fluidas de identidad. 

La presentación del panel no solo representó un reconocimiento al rigor académico de  sus integrantes, sino también un momento histórico en la internacionalización del  análisis cultural puertorriqueño. Desde Denver, la discusión sobre identidad, resistencia y futuro nacional buscó encontrar un espacio central gracias a un artista que ha  trascendido el escenario musical para convertirse en agente cultural y político de  alcance global. 

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