
‘Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.’ Este no es un trabajo para uno solo, es una misión para todos, juntos como cuerpo, saliendo a compartir las buenas nuevas, llevando esperanza a cada rincón.
Pero el evangelio no solo se comparte en multitudes. Pablo le dice a Timoteo en 2 Timoteo 2:2: ‘Lo que has oído de mí, encárgalo a hombres fieles que sean idóneos para enseñar a otros.’ Esto también es dar testimonio: compartir lo que Dios ha hecho en tu vida, hablar de su amor, contar cómo te levantó, para que otros puedan conocerlo.
Hoy te animo: no pienses que eres demasiado pequeño para impactar el mundo. Sal con otros a sembrar la palabra, pero no olvides también mirar a tu lado y decir: ‘Déjame contarte lo que Dios ha hecho en mí.’ Porque el Reino crece cuando caminamos juntos, compartiendo de corazón a corazón.”