Juan Alfonzo Rojas es un hombre íntegro y muy profesional. El Instituto Pedagógico de Caracas fue el lugar elegido por él para prepararse como docente en el área de inglés. Aunque interrumpió sus estudios al recibir una beca para estudiar electrónica en Estados Unidos, siempre tuvo muy claro que al regresar a su país culminaría la carrera para ser docente y continuar con eso que siempre tuvo como meta.
Una maestría en inglés en la UCV y una maestría en gerencia en la UPEL le abrieron las puertas para su gran carrera profesional, esa que siempre le apasionó y con la cual sentía una gran satisfacción: “durante mi periodo de instructor y profesor en Venezuela siempre me sentí orgulloso de los logros de mis alumnos, que lo que se les presentó en aula y la forma en que se les presentó les sirviera para que ellos lograran sus objetivos de vida y profesional”, comentó Rojas.
Juan Alfonzo siempre fue un gran conocedor de las materias que impartía: electrónica, inglés y español. Fue muy dedicado al logro y gracias a esos conocimientos, quienes fueron sus estudiantes, lograron obtener todo lo necesario para una vida profesional exitosa.
Durante el tiempo que estuvo con sus funciones docentes recibió importantes reconocimientos. Era recomendado para ejercer la dirección y jefatura gracias a sus habilidades gerenciales. Entre los reconocimientos que acompañan su labor están algunos recibidos por el Ministerio de la Defensa, de la Gobernación del Estado Miranda y otras del Ministerio de Educación; todas ellas por su trabajo como educador en las diferentes áreas.
Radicado actualmente en Estados Unidos, Rojas espera que sus 47 años de carrera y experiencia, sirvan ahora para ayudar a otros jóvenes y adultos que desean aprender o mejorar en las áreas de las que es conocedor. Tiene como meta a corto plazo convertirse en instructor de personal técnico y dar clases de inglés y español a quienes quieran aprender esos dos idiomas. Como él dice: “la labor docente perdura por siempre”.
“Mi aporte a la sociedad es la de otorgarle a un ciudadano o una institución respetable y honorable que sean ejemplo para las generaciones futuras y competitivos en el mercado educativo y laboral. Individuos con un sólido respeto a la vida y a lo que los rodea”, finaliza Juan Alfonzo.
