La Selección Femenina se vivió el sueño de jugar en el Centenario

El 30 de julio de 1930 el Estadio Centenario en Montevideo, fue el gran testigo silencioso de la gran final de la primera Copa Mundial de la FIFA en la que Uruguay. El equipo anfitrión, se coronaba campeón del mundo al vencer, 4-2, a su gran rival de Argentina, que se había ido al descanso con ventaja de 2-1.

En esta legendaria arena los uruguayos Pablo Dorado, José Cea, Victoriano Santos Iriarte y Héctor Castro sudaron la camiseta de La Celeste y marcaron los inolvidables cuatro goles (4-2) para darle el primer gran título del mundo a su país ante 90,000 espectadores.

Y, precisamente, en ese escenario lleno de historia fue donde la Selección Nacional Femenina Absoluta jugó ayer, sábado, ante Uruguay. Fue apenas el segundo partido de fútbol femenino en la historia del Centenario, donde el primero se realizó hace 24 años.

“Soy afortunada de jugar en el Centenario. Cuando llegué al campo mi corazón se aceleró y sentí un poco de nauseas cuando salí a jugar, pero las chicas me ayudaron”, expresó la mediocampista Imani Morlock, quien entró en la segunda mitad al partido. “No todo el mundo tiene la oportunidad de jugar en un estadio histórico como este”, añadió.

Para la mediocampista Malina Pardo, quien estuvo en el 11 inicial, la experiencia fue “increíble. Es algo asombro jugar en el estadio en el que se jugó la primera Copa Mundial de la FIFA. Es algo que nunca olvidaré”.

“Es un estadio increíble, lleno de historia; y es una oportunidad que se da una vez en la vida”, indicó por su parte la mediocampista Josephine “Jojo” Cotto.

Para Rachel Blankenship fue doblemente especial el jugar en el Centenario por la oportunidad única de pisar el histórico césped y por tener en las gradas a su esposo Malachi y su hija River.

“Fue algo surrealista. Jugar en el Centenario fue un sueño hecho realidad. Nunca pensé que tendría la oportunidad de hacerlo”, confesó Blankenship.

Mientras que Sophia Muetterties, fue la única en poder vivir la emoción de jugar en el Centenario a otro nivel, al conseguir el único gol de Puerto Rico en el primer partido amistoso internacional con Uruguay al minuto 57.

“Salí en la segunda mitad a darlo todo. Representar a Puerto Rico es un gran honor y fue un placer jugar en este estadio”, manifestó la mediocampista.