Dr. Jorge Iván Vélez Arocho se acoge al retiro y proyecta escribir dos libros
Ponce, Puerto Rico – Su prioridad como presidente siempre fue los temas de justicia social, derechos civiles y crear oportunidades educativas para los más vulnerables. Tras 14 años liderando la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR), el Dr. Jorge Iván Vélez Arocho se retira satisfecho por dejar una institución con solidez económica, innovadores programas y enfocada en la misión de organizar la esperanza.
El Dr. Vélez Arocho fue designado presidente de la PUCPR en noviembre de 2009 luego de destacarse como rector del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico por siete años. De hecho, durante su brillante carrera académica pasó sobre 30 años en el RUM, en donde se desempeñó en distintos puestos administrativos. Como presidente de la PUCPR dio paso a importantes proyectos de investigación de gran impacto en las políticas públicas del país, además creó innovadores programas enfrentando enormes retos, especialmente durante la pasada década. Asimismo, fortaleció la Institución con un programa de desarrollo de infraestructura en el que se invirtieron unos $50 millones para obras en los recintos de Arecibo, Mayagüez, y Ponce.
“Me siento satisfecho. Hoy la Universidad está sólida financieramente, con nuevos programas académicos y prácticamente todas las facultades en nuestro mayor recinto de Ponce han sido efectivas en atraer nuevos estudiantes. Además, hemos desarrollado el vector de investigación, fortalecido la agenda internacional y se ha impulsado un poderoso desarrollo de la infraestructura en los tres campus. Pero más allá, la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico ha logrado comunicar efectivamente al país su identidad y misión. De eso estamos hablando. Dejo una Universidad de compromiso con Puerto Rico, con perspectiva de futuro, enfocada en organizar la esperanza”, afirmó el Dr. Vélez Arocho.
El presidente logró fortalecer la Universidad a pesar de enormes desafíos como los huracanes Irma y María, en 2017; los terremotos que afectaron el sur de la Isla en el 2000; y luego la pandemia que convirtió la Institución en herramienta de apoyo para el país y con ideas innovadoras para mantener la motivación de los estudiantes. Los cambios demográficos y, sociales, los avances en la tecnología, así como el giro en los intereses en las profesiones y carreras fueron atendidos con “visión y compromiso”, destacó. “Probablemente estos son los mayores retos de hoy. Por eso hemos desarrollado programas pertinentes, enfocando los ofrecimientos y recortando aquellos que ya no cumplen su rol”, explicó.
Como parte del legado de su presidencia el Dr. Vélez Arocho dio paso a la creación de múltiples programas que van desde grados asociados hasta doctorados. “Nos enmarcamos en el ‘ver, juzgar y actuar’. En la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico dimos una mirada profunda a la realidad del país, levantamos datos sobre las necesidades y las atendimos con nuevos programas académicos. Por esto, lanzamos el Bachillerato en Artes con concentración en Manejo de Emergencias y Administración de Desastres. Igualmente, el nuevo Bachillerato en Ciencias de Datos Aplicada y un innovador doctorado con especialidad en Discapacidades Humanas. Otro de los programas de vanguardia es el Instituto de Carreras Cortas, en donde se prepara a los estudiantes en campos técnicos de gran demanda para que puedan integrarse al mundo laboral al ritmo de los tiempos, con diversas ayudas que van desde los uniformes hasta la transportación. El programa de Estudios Liberales también responde a estas necesidades actuales, pues está diseñado para estudiantes adultos que dejaron sus estudios y que pueden convalidar su experiencia laboral para completar su grado”, explicó el saliente presidente.
Destacó además la creación de la Escuela para Cuidadores Informales de Adultos Mayores y la del Observatorio de Sociedad, Gobernanza y Políticas Públicas. “Ambos organismos institucionales han aportado importantes investigaciones sobre temas medulares para el país como la pobreza, los retos de los retirados, la corrupción gubernamental, el mundo laboral y los cuidadores de adultos mayores, entre otros temas. De hecho, varios de estos estudios han dado paso a la creación de legislación y políticas públicas que sirven de legado de la Institución”, sostuvo.
Reafirmó que, durante su presidencia, “Hemos dado espacio para todo tipo de programa, porque la educación es lo que te permite salir hacia adelante, es una herramienta de movilidad, crecimiento personal y que aporta al desarrollo del país”. Destacó que su vida da testimonio del poder transformador de la educación. “Como joven de una zona rural de Lares, fueron muchos los retos, pero con determinación y con el ejemplo de mi madre y mi padre, quien también fue educador de escuela pública, continué el camino de la enseñanza para transformar a otros”.
“Durante esta travesía nunca se puede olvidar la identidad y la misión de la Universidad. Debemos recordar siempre la razón por la cual se crean las universidades católicas y cuáles son los retos que el papa Francisco hoy le propone a la Universidad. Puerto Rico vive un periodo de fractura social y necesita un liderato que le devuelva la esperanza de un mejor futuro. Por eso es crucial dar énfasis a la educación de los más vulnerables”, reiteró. El Dr. Vélez Arocho destacó el orgullo por servir a la única Universidad en Puerto Rico que lleva el título de Pontificia, lo que refleja el estrecho vínculo de la Institución con la Iglesia Católica y el Vaticano, que incluso es quien nombra al presidente.
Sobre el pase de batón a la nueva presidencia de la Institución, que ya está en manos del Vaticano expresó “Me siento muy confiado. La Universidad tiene un liderato que ha demostrado su compromiso y capacidad”. Aunque el Dr. Vélez Arocho se retira de la Presidencia aseguró que se mantendrá muy activo. “Seguiré involucrado en los proyectos pastorales de la Iglesia y planifico escribir dos libros”, sostuvo.