Imponentes se levantan estas estructuras coloniales en las diferentes fortificaciones de la ciudad amurallada del Viejo San Juan. Construcciones hechas con fines militares y de defensa exterior y terrestre a los ataques de la ciudad de aquellos tiempos. Se han convertido en modelos icónico de la arquitectura Española de la época y distintivo para todos los puertorriqueños.
Estas colosales estaciones de vigilancia se levantan como centinelas estratégicos en las murallas que bordean la ciudad colonial. Murallas que son parte del Patrimonio de la Humanidad, declarada en el 1983 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Ver las garitas en un viaje o recorrido por esas calles adoquinadas hace disfrutar al local y al turista de esa parte antigua de San Juan, capital de Puerto Rico. Se pueden encontrar desde el Fuerte de San Cristóbal, El Castillo San Felipe del Morro, La Fortaleza, o Palacio de Santa Catalina y el Paseo de la Princesa del Viejo San Juan. Son hermosas, de diferentes tamaños y mudos testigos de eventos relevantes en nuestra historia como pueblo. Hasta leyendas se cuentan como parte de la historia de algunas de ellas. Erigidas como parte del sistema de defensa de la vieja ciudad, hoy nos permiten admirarlas y conservarlas como símbolo no solo de la época, sino de una ciudad capital tenaz, viva, nostálgica y cambiante.