
A pesar de que a la denominación de origen vitivinícola española Rías Baixas se le conoce en todo el mundo por su variedad blanca albariño, lo cierto es que el conjunto de uvas con que se elaboran sus vinos trasciende esta variedad para contar con otras uvas blancas y tintas que añaden personalidad y singularidad a los vinos de esta tierra atlántica, rica también en alimentos que inspiran muchas recetas que son base de los menús de Cuaresma y Semana Santa.
Contrario a otras denominaciones de origen españolas que incorporan uvas de otras partes del mundo, la apuesta de la DO Rías Baixas es exclusivamente por variedades de uva autóctonas de Galicia, algunas de las cuales se han recuperado de su casi extinción gracias a un extenso y dedicado trabajo de investigación y elaboración que bodegas e instituciones comprometidas con valorar la esencia gallega en copa han venido realizando por décadas.
Aunque la albariño es la más conocida de esas variedades autóctonas, otras uvas blancas están autorizadas para la elaboración de vinos en la denominación. Entre éstas la godello, la treixadura, la aromática loureiro blanco, la torrontés, la ratiño y la caíño blanco, una variedad blanca casi extinta con estructura, equilibrada acidez y capacidad de reflejar de manera transparente el terroir en el vino. Como Rías Baixas también tuvo una importante historia tinta que se recobra, hay también variedades tintas como la sousón, la mencía, la caíño tinto, la brancellao, la espadeiro, la pedral o la castañal, una variedad que produce vinos con matices balsámicos y mucha fruta roja.
Con este elenco de uvas se hacen vinos tanto monovarietales como plurivarietales, en tinto y en blanco, habiéndose visto en los últimos años también un interés por usar en solitario variedades tradicionalmente empleadas en vinos de “blend”.
Esta gran diversidad ha enriquecido también la versatilidad gastronómica que los vinos elaborados con este amplio universo de variedades autóctonas es capaz de ofrecer, regalando nuevos matices y complejidad a las posibles armonías con recetas de todo el mundo y, muy especialmente, los frutos de mar que se destacan en esta temporada de devoción y recogimiento, cuando muchos aún practican preceptos de abstinencia de carne en sus menús.
Del sushi, tacos de pescado, ceviche, sencillas latas de conservas de pescado que pueden improvisar muchos momentos de compartir con amigos o crear casi una comida, hasta frituras como los crujientes bacalaítos, alcapurrias de jueyes o croquetas de queso o bacalao, hay buenas ideas para comenzar un via crucis de sabor maridado con los vinos de Rías Baixas y su menú de variedades autóctonas.
La carta se amplía con platos de salmón, pulpo preparado en muchas formas frías o calientes, serenata de bacalao con viandas, frutos de mar que nos acercan la pesca del día a la mesa y que son tan frescos como los vinos blancos de la DO Rías Baixas, o guisos más sustanciosos como el caldo santo loiceño o el asopao de camarones o langosta que van bien con vinos de ensamblaje de uvas o variedades como la treixadura o caíño blanco.
Legumbres como los garbanzos con calamares o almejas, tartare de atún o filete de atún encajan bien con esas otras variedades y “blends” blancos, y este último pescado incluso con tintos ligeros como los atlánticos que se elaboran en la denominación, excelentes opciones también para la paella o los huevos, platos que gustan el año entero y que armonizan bien tanto con tintos como con blancos. Por no hablar de los platos elaborados sólo con vegetales, que cada día ganan más adeptos y que hallan en los vinos veganos de Rías Baixas perfectos aliados.
Puerto Rico tiene la suerte de que en los últimos años hayan llegado a la Isla algunas etiquetas de otras variedades como La Val Treixadura, Mar de Frades Godello, La Mar Caíño Blanco con crianza en lías y Attis Atalante, caíño blanco con toques de madera. Attis también elabora un monovarietal tinto, el Attis Sousón. Junto con estos vinos monovarietales, la oferta con albariño unido a otras uvas cuenta con otras referencias donde la suma de variedades distintas hace al todo, como en Santiago Ruiz, Terras Gauda, Miña Vida de bodegas Pazo Pondal, Veigadares de Adegas Galegas, Pazo Seoane de Bodegas Lagar de Fornelos, Señor da Folla Verde de Bodegas Marqués de Vizhoja, Altos de Torona Rosal, el amigable Blanquito, o los tintos Abade de Couto El Rebelde de Adega Valmiñor, y O Esteiro de Bodegas Albamar.
Esta rica oferta vínica llena de sensaciones novedosas para paladares curiosos y gran aptitud gastronómica refuerza el amplio inventario de botellas de albariño, creando un hilo atlántico entre Rías Baixas y nuestro trópico, fuente también de alimentos para el altar gastronómico de las próximas semanas.
¿Dónde conseguir?
Abade de Couto El Rebelde – La Cava de Serrallés y algunos supermercados
Albamar O Esteiro – Mil Caminos Imports
Altos de Torona Rosal, Blanquito, La Mar Caíño Blanco y Señor da Folla Verde – Fine Wine Imports y otros establecimientos
Attis Sousón y Attis Atalante – Bodegas Compostela
La Val Treixadura – El Almacén del Vino de B. Fernández
Mar de Frades Godello, Pazo Seoane, Terras Gauda y Terras Gauda Etiqueta Negra– El Hórreo de V. Suárez y otros establecimientos
Miña Vida y Veigadares – La Boutique du Vin
Santiago Ruiz – La Bodega de Méndez y otros establecimientos
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