La canción es el tema oficial de la película “La Boda Rosa”de Iciar Bollain
“Película y canción comparten la idea de cuidarte a ti mismo, de escucharte, de ‘serte fiel’. Y aunque son temas profundos, canción y película hablan de ello en el mismo tono luminoso, alegre y vitalista. ¡Es muy difícil no acabar bailando con ‘Que no, que no…’!”
MIAMI – Es una cumbia clásica, de las de toda la vida, y se estrena hoy, 10 de julio. “Que No, Que No” es una canción original que Rozalén ha compuesto e interpretado, de la mano de la agrupación tropical mexicana La Sonora Santanera, para la nueva película de Iciar Bollain, “La Boda de Rosa“, que se estrenará el 21 de agosto en España.
“Que No, Que No” suena a vida y color, a mestizaje y a satisfacción: la satisfacción de quien ha aprendido a amarse a sí mismo sin necesidad del reconocimiento de los demás. Es un tema con un elevado contenido autobiográfico que pudo haber nacido en el diván de la propia Rozalén. “Habla de mí”, reconoce sin tapujos. La letra encajó como un guante en el proyecto de Bollaín.
El sello de la canción se lo pone La Sonora Santanera, una de la agrupaciones de música tropical más afamadas del mundo. Unos acordes que brotaron en un encuentro de Rozalén con su banda al completo, meses atrás, se acabaron convirtiendo en esa cumbia antigua tan rebosante de optimismo.
El mensaje consiste en poner límites. “No se puede decir que sí porque sí, es algo que tiene que salir del corazón, porque si no existe un compromiso lo que se da carece de valor”, explica la cantante y compositora, que abunda: “Muchas veces decir que no, ponerse límites, es un gran primer paso”. Es, claramente, lo que le pasa al personaje de Candela Peña, protagonista de la película.
Rozalén y Candela Peña protagonizan también el vídeo de “Que No, Que No” también dirigido por Iciar Bollaín. Y lo que transmite la albaceteña con su canción coincide con lo que le ocurre a la protagonista de la película, una mujer de la que todos abusan por su dificultad para contradecir a otros.
“Que No, Que No” es, en definitiva, una canción con la que es imposible no bailar. Incluso de bailar sin nadie más, si eso trae consigo el tan necesario aprendizaje a quererse a uno mismo.