Debe ser que si juntas a dos de las voces más profundas y honestas del cancionismo español contemporáneo, hay algo que vibra y tiembla de una forma extraña. Eso es exactamente lo que sucede en “debe ser”, tercer y penúltimo adelanto de “el cuerpo después de todo”, el esperado segundo álbum de Valeria Castro, y que cuenta con la colaboración de la enorme Sílvia Pérez Cruz.
“debe ser” es casi una muletilla que se repetía en la casa de Valeria Castro casi como respuesta a todo, pero que ahora resuena casi a alumbramiento, a despertar, a darse cuenta de esas cosas que quizás nunca vayan a suceder: esa nostalgia peor de añorar lo que nunca jamás sucedió. A ese espacio le canta la palmera junto a uno de sus referentes musicales y una de las artistas más inspiradoras del nuevo cancionismo, como lo es la catalana Sílvia Pérez Cruz.
Juntas, cantando frente a frente y compartiendo respiración y emoción ante el micrófono (así se ha grabado, con las dos juntas a la vez), resuena como una canción que nace pequeña pero que se hace enorme. Casi como si la pena y el vacío al que comienzan a cantarle al inicio, acaba resignificándose en un himno de colectivo, en una canción de aroma mariachi, en una celebración de que el lamento cuando es compartido, sana sin darse cuenta.
Tiene peso lo que siente la artista canaria en esta “debe ser”, que llega tras haber presentado en los últimos meses “sentimentalmente” y “la soledad”, los dos primeros avances de lo que será “el cuerpo después de todo”, que verá la luz en tan solo unas semanas y que ha contado con la producción de Carlos Campi Campón; y que estará presentando en directo en una inmensa gira que la llevará a partir del mes de abril por al menos diecisiete países, culminando en el Movistar Arena a principios de 2026.
La artista, que en estos últimos dos años ha conseguido dos nominaciones a los Latin Grammys, dos nominaciones a los Premios Goya, dos Premios MIN, la Medalla de Oro de Canarias o el Premio ACAEM, entre otros galardones, tiene entre manos uno de los que está llamado a convertirse en uno de los mejores discos del año y en uno de esos repertorios bisagra en la carrera de la artista. Debe ser que así debía de ser.
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