Rias Baixas: vinos comprometidos con el planeta Tierra

Cuando clima, suelo, uvas y temperaturas son una ecuación de vino con tanto peso como el que estos elementos tienen en la DO Rías Baixas, las bodegas están obligadas a proteger al planeta que las abriga cuidando la tierra para asegurar la continuidad de las uvas que garantizan que podremos seguir disfrutando del vino.

Por ello, este mes de abril que se celebra al planeta tierra y el 22 a su día, vale la pena recordar que pocas denominaciones de origen vitivinícolas de España ostentan como la DO Rías Baixas una trayectoria tan prolongada, abarcadora y de vanguardia cuidando de la tierra como base para los grandes vinos que elaboran sus bodegas y son predilectos de los puertorriqueños.

El compromiso con la sostenibilidad de su entorno no es reciente o fruto de urgencias del cambio climático sino que lleva décadas fraguándose con trabajos de investigación que ponen en valor a la gente, la tierra y la cultura como cimientos de un proyecto de vinos colectivo, comprometido y respetuoso con el territorio, el planeta y su futuro a largo plazo. Esto viene motivado por la importancia que tienen el medio rural en Galicia y el vino como motor económico en Rías Baixas, así como por la necesidad de manejar los retos que los rigores que el clima atlántico, con notable humedad, impone a la viticultura en Rías Baixas.

De ahí que muchísimas bodegas de la denominación hayan emprendido a lo largo de las últimas décadas prácticas sustentables en viña y en bodega, así como proyectos de investigación, preservación e innovación agrícola para explorar maneras de mejorar la materia prima, el entorno en que se cultiva y la sociedad que les rodea.

La mayoría de las bodegas de la DO Rías Baixas de una manera u otra cuenta con planes para presevar el entorno y la herencia, que van desde la exaltación y recuperación de variedades autóctonas de uva por las que la denominación apuesta en exclusiva, a proyectos para propiciar la biodiversidad, regenerar suelos, minimizar la intervención en la viña, apostar por energías renovables, utilizar residuos de la vid y la vendimia, manejar el agua de manera responsable, crear hábitats para proteger la flora y la fauna, desarrollar proyectos de investigación e innovación en viña, y muchos otros esfuerzos que contribuyen a la sostenibilidad del entorno, pero también a ofrecer vinos más transparentes de su origen al consumidor.

Entre las prácticas responsables con el planeta más destacadas en la DO Rías Baixas se encuentran:

Vendimia manual: la pequeña dimensión que caracteriza a las viñas y su conducción mayoritaria en parral impiden la mecanización de tareas agrícolas, evitando emisiones de carbono generadas por vehículos utilizados para estos fines en otras zonas productoras.

Recuperación de cepas autóctonas: la DO Rías Baixas apuesta en exclusiva por el uso de variedades de uva autóctonas como un signo de identidad y valor. Además de proteger cepas como la albariño, el trabajo de bodegas como Terras Gauda o Valmiñor, en conjunto con instituciones vitícolas, ha ayudado a recuperar otras casi extintas como la caíño blanco, la tinta castañal o la ratiño, pendiente esta última de incorporarse al reglamento de la denominación.

Viñas experimentales: algunas bodegas cuentan con viñas experimentales donde estudian el comportamiento de uvas, sistemas de conducción, efectos del microclima, prolongación de vida de las cepas y otros aspectos específicos de viticultura que ayuden a minimizar intervenciones y potenciar lo autóctono.

Fomento de la biodiversidad: no son pocas las bodegas que crean condiciones para enriquecer sus viñas con flora y fauna que aporten al equilibrio en viña, con cajas para pájaros, albergues para abejas e insectos o jardines de camelias, entre otros, siendo importantes el hábitat con más de 150 especies de plantas y animales que tiene Altos de Torona y el jardín botánico de Granbazán con más de 100.

Botellas más ligeras o recicladas: el uso de las primeras es una práctica que siguen cada vez más bodegas, ayudando a minimizar emisiones de carbono en el transporte, y el de recicladas, usadas por Palacio de Fefiñanes, ayuda a la economía circular.

Transición a viñas de agricultura biológica: es el camino que han seguido algunas como Pazo Pondal, aunque sin llegar a ser totalmente biológicas debido a los retos que la humedad impone en Rías Baixas.

Uso de levaduras autóctonas: un número cada vez más importante de bodegas utiliza levaduras autóctonas en la fermentación.

Estrategias alternativas en la gestión de fertilidad: ensayos, como los que han venido realizando Paco & Lola, Martín Códax, Terras Gauda y Altos de Torona, sobre el uso de cubiertas vegetales y florales en los viñedos con el fin de reducir el consumo de fertilizantes de síntesis y usarlas como abonos verdes que aporten nutrientes y mejoren la fauna útil en las viñas.

Regeneración de suelos: aspecto importante en la economía circular de Rías Baixas ya que ayuda a la salud de las cepas favoreciendo sus defensas naturales ante enfermedades, hongos y problemas en las raíces, a la par que mejora la calidad de las uvas y redunda en mejores vinos para el consumidor. Más de una bodega ha trabajado en esta dirección revalorizando residuos de uva como plaguicida o abono, enriqueciendo los microorganismos beneficiosos de los suelos del viñedo.

Reutilización de residuos de la viña y la vendimia: no sólo para su aplicación en la protección del viñedo, sino también para el desarrollo de nuevos productos como aceites.

Uso de productos naturales y alternativos a plaguicidas y herbicidas: práctica que muchas bodegas han puesto en marcha, sacando partido del bagazo de la uva, extractos botánicos y otros compuestos naturales alternativos, como las borras de café, que de manera pionera ha estudiado Marqués de Vizhoja para controlar enfermedades de la vid, regenerar el suelo y actuar como fertilizante. La confusión sexual mediante uso de feromonas como alternativa a los pesticidas es práctica de bodegas como Condes de Albarei.

Inteligencia artificial: uso en viticultura de precisión con plataformas robóticas para detección temprana de enfermedades, minimizar tratamientos fitosanitarios y automatizarlos de manera inteligente, así como para optimizar la vendimia.

Gestión de recursos hídricos: reducción de uso de agua para actividades en bodega con mejoras en tecnología y procesos, y manejo de aguas residuales con sistemas diseñados para degradar efluentes fitosanitarios por medio de un lecho biológico como hace Fillaboa.

Fillaboa, Martín Códax y Pazo Barrantes son tres bodegas de la DO Rías Baixas certificadas como Sustainable Wineries for Climate Protection, la primera y única certificación específica para el sector del vino en materia de sostenibilidad medioambiental, que evalúa el compromiso de las bodegas en la lucha contra el cambio climático y su apuesta por la sostenibilidad en los ámbitos medioambiental, social, económico y de gobernanza. Otra certificación que evalúa compromisos similares es Fair N’Green, que Agro de Bazán ha sido la primera bodega de la DO Rías Baixas y en España en obtener.

Actualmente unas 24 bodegas de la DO Rías Baixas desarrollan proyectos de investigación, desarrollo e innovación en los que participa casi un centenar de especialistas persiguiendo contribuir a una transformación significativa de sector, poniendo al viñedo como eje de un esfuerzo colectivo para mejorar la producción de vino de manera responsable con la madre tierra.

Imágenes: https://www.dropbox.com/scl/fo/4qiyyak0s1v3iappdx7ua/h?rlkey=twb1igs2sw030rwhki25y3hqy&dl=0